Lluvia de expectativas por Nobel a Gore
12 de octubre de 2007Las verdades incómodas que Al Gore se ha dedicado a denunciar en su periplo planetario le han valido el Premio Nobel de la Paz 2007, compartido con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU. Son las vueltas del destino, que le jugó una mala pasada a Gore en las elecciones presidenciales estadounidenses de finales del 2000. Pero precisamente ese tropezón político lo indujo a volcarse de lleno al tema ecológico, que había estado en el foco de su atención desde mucho antes de convertirse en vicepresidente de Estados Unidos, de la mano de Bill Clinton.
¿Qué tiene que ver la lucha contra el cambio climático con la paz? Muchísimo. Las implicaciones de la amenaza ecológica que se cierne sobre la humanidad son tan amplias que atañen al fundamento mismo de la vida de muchos pueblos, sobre todo en las regiones más pobres de la tierra. Las sequías, inundaciones, tormentas descomunales y otras catástrofes naturales que los expertos prevén privarán de sustento a grandes masas de población, con la consiguiente oleada de migraciones y conflictos. No en vano se dice, por ejemplo, que las guerras del futuro serán por el agua y no por el petróleo, como en la actualidad.
Compromiso contra cambio climático
Sorpresa causó de todos modos la noticia del Premio Nobel de la Paz en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. “También nos habríamos ganado si se lo hubieran otorgado sólo a Gore, porque con ello se confirma cuán importante es este tema”, comentó en una primera reacción una portavoz del IPCC.
Las felicitaciones no tardaron en lloverles a los galardonados. Uno de los primeros en pronunciarse fue el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien destacó que la labor de Gore y el IPCC ha servido de inspiración a los políticos y a la gente del mundo entero. En este contexto, aseguró que la Unión Europea sigue comprometida con sus ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de CO2 y exhortó a la comunidad internacional a entender el Premio Nobel de la Paz otorgado a los defensores del clima como un aliciente para “enfrentar con mayor rapidez y decisión este desafío”.
Reacciones en Alemania
En término similares se expresó la cúpula del partido alemán de Los Verdes, recalcando que el premio constituye una exhortación a la lucha contra el calentamiento global y a otorgarle un prioritario. Para Jürgen Trittin, ex ministro alemán del Medio Ambiente y vicepresidente de la bancada parlamentaria del partido ecologista, el Premio Nobel de la Paz 2007 va ligado también a expectativas concretas: “Crece la esperanza de que se logre después de todo la meta de los 2 grados, que implica que la temperatura global promedio no supere en más de 2 grados la registrada en la era pre-industrial”.
Su sucesor y actual jefe de la cartera del Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, fue el encargado de felicitar a Gore en nombre del gobierno de Alemania, subrayando que con este galardón “el tema de la protección del clima se ha situado en el centro de la atención pública”. Al mismo tiempo, recordó que “la época de gobierno de Al Gore también demostró las dificultades existentes para solucionar este acuciante problemas de la humanidad, con las que aún hoy tenemos que luchar”.