Los 70 años de la OTAN
3 de abril de 2019La Organización del Tratado del Atlántico Norte fue concebida para "mantener a la Unión Soviética fuera, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo", dijo Lord Hastings Ismay, el primer secretario general de la OTAN. Eso fue justo después de la Segunda Guerra Mundial, en un momento en que la Unión Soviética controlaba toda la mitad oriental de Europa -incluida Alemania Oriental- y los estadounidenses estaban considerando de nuevo si debían dejar a Europa a su suerte, lo que probablemente habría significado una influencia soviética aún mayor.
Alemania no se mantuvo al margen durante mucho tiempo, al menos en la parte occidental, y en 1955 la propia República Federal se unió a la OTAN. En el Este, la República Democrática Alemana se unió al Pacto de Varsovia, controlado por los soviéticos.
La Guerra Fría y su disuasión mutua duró algo más de 40 años. La situación era tensa, pero estable. "Nuestra prioridad es mantener una asociación fuerte y saludable entre América del Norte y Europa, ya que ésta es la base de la que depende tan crucialmente la causa de la libertad", dijo el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, en 1988, mientras continuaban las conversaciones sobre desarme mantenidas con la Rusia soviética. "Nunca sacrificaremos los intereses de esta asociación en ningún acuerdo con la Unión Soviética", subrayó entonces.
Nuevos conflictos
La situación cambió drásticamente en 1989 y 1990. La Unión Soviética se desmoronó y las potencias aliadas de la Segunda Guerra Mundial acordaron la reunificación de Alemania como miembro de la OTAN. La agitación en Europa también significó que, en el lapso de una década y media, países del antiguo Pacto de Varsovia, incluyendo Polonia, Rumanía y los Estados Bálticos, se unieran a la OTAN.
Hoy, 70 años después de la fundación de la OTAN el 4 de abril de 1949, la situación se asemeja una vez más a la época de la Guerra Fría.
Los funcionarios rusos se sienten amenazados por la expansión de la OTAN hacia el este y están reforzando las fuerzas militares del país. Esto ha ralentizado la expansión de la alianza. Georgia y Ucrania, por ejemplo, tienen pocas esperanzas de unirse en este momento porque los líderes de la OTAN quieren evitar más roces.
La OTAN ya está inmersa en muchos conflictos. Desde los años 90, la alianza ha incrementado su intervención en territorios cada vez más alejados. Alemania, con su pasado expansionista nazi, inicialmente enfrentó un acalorado debate por participar en operaciones en el extranjero, pero ahora el país está involucrado en varias misiones en el exterior, incluyendo los Balcanes y Afganistán.
En sus 70 años de historia, la OTAN sólo ha invocado una vez lo que se conoce como casus foederis, la situación en la que los términos de una alianza entran en juego y todos los miembros son llamados a defender colectivamente a un miembro atacado: fue después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos. Sin embargo, estalló una feroz disputa sobre las consecuencias de esa decisión, y las divisiones de la OTAN se han profundizado desde entonces.
La presión de Estados Unidos sobre la OTAN ha aumentado desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos en 2017. Él ha cuestionado repetidamente la importancia de la propia Organización, así como la obligación colectiva de prestar asistencia.
En 2018, Trump preguntó por qué Estados Unidos debía defender a un país miembro pequeño como Montenegro y arriesgarse así a una "tercera guerra mundial". También dijo que los EE. UU. sólo protegerán a los países que paguen sus cuotas completas.
Trump ha acusado repetidamente a Alemania, en particular, de gastar demasiado poco en defensa. En la cumbre de la OTAN de 2018, Trump bajó un poco el tono de su retórica al tiempo que mantenía su posición de que Estados Unidos estaba siendo explotado. "Estamos pagando demasiado a la OTAN", dijo. "La OTAN es muy importante; pero está ayudando a Europa más de lo que nos está ayudando a nosotros", agregó.
En esa misma cumbre, la canciller Angela Merkel reconoció que Alemania tenía una gran deuda histórica con la OTAN, pero también dijo que su país había hecho mucho por la Alianza. "Somos el segundo mayor proveedor de tropas, ponemos la mayor parte de nuestras capacidades militares al servicio de la OTAN y, hasta el día de hoy, estamos muy involucrados en Afganistán, y al hacerlo también representamos los intereses de Estados Unidos", dijo.
Nuestras capacidades militares
En su cumbre de 2014, los líderes de los países de la OTAN acordaron destinar el 2% de su PIB nacional al gasto en Defensa para 2024. En 2018, Estados Unidos gastó el 3,39%, mientras solo unos pocos miembros europeos de la OTAN habían alcanzado el objetivo del 2%.
Alemania gastó solo el 1,23%. Merkel ha prometido un 1,5% para 2024; Trump sigue exigiendo "al menos" ese 2%. Los socialdemócratas (SPD), los socios menores de la coalición de gobierno de Merkel, han frenado el gasto en Defensa. El portavoz de política exterior del SPD, Nils Schmid, ha advertido de una fetichización del umbral del 2%. "Lo que importa es que aumentemos nuestras capacidades militares, y eso es lo que estamos haciendo", explica en entrevista con DW. La disputa está lejos de terminar.
"No está escrito en piedra que el vínculo transatlántico sobrevivirá para siempre", dijo el Secretario General de la OTAN Jens Stoltenberg en su discurso de 2018.
Pero Stoltenberg también expresó optimismo. "Ya hemos tenido diferencias antes, y la lección de la historia es que siempre las superamos", dijo. Y añadió que, al final, los miembros de la OTAN están de acuerdo en que América del Norte y sus socios en Europa están más seguros juntos.
(dg/lgc)
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