Los Art Cars de BMW
Automóviles y arte: una pareja armónica, opina BMW, que hace 40 años hace diseñar sus modelos por artistas. Estos autos son auténticas obras de arte.
Arte en la pista
Así empezó todo: en 1975, el corredor francés Hervé Poulain tuvo la idea de que un artista amigo suyo, Alexander Calder, pintara su automóvil. En colaboración con Jochen Neerpasch, entonces jefe de BMW Motorsport, nació el primer BMW artístico, que participó en las 24 horas de Le Mans de ese año.
Como calcado sobre papel
Un año después, Frank Stella diseñó para la carrocería de un BMW una cuadrícula en blanco y negro. Las marcas cubren la carrocería transversalmente, reforzando el estilo geométrico del automóvil. “Mi diseño es como un dibujo calcado sobre el auto”, explicó el artista.
Autos pop
"Durante mucho tiempo lo pensé, y luego invertí todo lo que pude en esto. Con las líneas quise representar la calle que le muestra al automóvil hacia dónde tiene que ir. El diseño también exhibe el paisaje por el que pasa el vehículo". (Roy Lichtenstein, 1977).
Laqueado de Warhol
Andy Warhol se decidió en 1979 por un laqueado “al estilo de un expresionismo abstracto, con campos y arcoíris”. Warhol quería laquear el automóvil en cinco minutos, pero el equipo de filmación le pidió que se tomara más tiempo. Le tomó 28 minutos terminarlo y firmar su obra de arte.
Una antigüedad de juncos
El sexto Art Car (1986) de Robert Rauschenberg es el primero en estilo fotográfico. El lado derecho muestra una pintura de Ingres, y el izquierdo, una obra de Bronzinos, ambas rodeadas por juncos de los pantanos de los Everglades, en Florida, EE. UU.
Belleza de arena
El artista australiano Jagamara Nelson diseñó un BMW negro al estilo Papunya, pintando figuras tradicionales de arena sobre lienzo, una técnica antiquísima que Nelson aprendió de su abuelo. Con este modelo, Tony Longhurst ganó en 1987 el campeonato australiano.
Nieve, luna y cerezos
El artista japonés Matazo Kayama eligió el tema “Nieve, luna y flores de cerezo”, que pintó con un aerógrafo. Para lograr un mayor contraste, trabajó con color azul sobre la superficie plateada, y luego empleó técnicas japonesas cortando pequeños trozos de hoja de oro, plata y aluminio y pegándolas sobre la carrocería.
Pieza única
Con el BMW Z1, la automotriz bávara trajo al mercado, en 1990, un cabriolé de culto. De este automóvil, cuyas puertas que se bajan automáticamente, solo hay 8.000 ejemplares en todo el mundo, y uno de ellos es único: el que diseñó A. R. Penck con símbolos, imágenes y sus típicos dibujos de hombrecitos.
Estilo africano
En este automóvil, la artista sudafricana Esther Mahlangu creó un modelo lleno de colores brillantes y ornamentos. “El arte Ndebele tiene en su forma natural un estilo generoso, y lo que agregué a mi trabajo es la idea de movimiento”, dijo Mahlangu en 1991.
Debajo de la cúpula
El artista danés Olafur Eliasson realizó en 2007 este automóvil artístico de BMW, impulsado por hidrógeno. Para ello, retiró la carrocería de este prototipo y lo remplazó por una compleja cobertura de acero y láminas de metal.
La dinámica de la inmovilidad
El último automóvil de arte de BMW fue realizado en 2010 por Jeff Koons, quien se inspiró en dibujos y representaciones gráficas de la velocidad y las explosiones. “Estos automóviles de carrera son como la vida: llenos de fuerza y rebosantes de energía”, dijo Koons. “Debajo de la capota se oculta un gran poder, y mis ideas se fusionan con él”.