Los escritores "invisibles" de Brasil
9 de octubre de 2013“Brasil, un país de voces diversas”: ese es el lema de la Feria del Libro de Fráncfort 2013. La Biblioteca Nacional de Brasil invitó a 70 autores cuyas obras serán una muestra de la escena literaria actual en ese país. Pero solo 69 viajarán a Alemania. Paulo Coelho, el escritor brasileño más famoso, autor de best Sellers como "El alquimista", "Manual del guerrero de la luz" y otros, se negó a participar, ya que critica la selección de los escritores.
En entrevista con el periódico alemán Die Welt, Coelho dijo que duda de que los nominados sean todos escritores profesionales: “De los 70 invitados solo conozco 20. De los otros 50 nunca oí hablar. Supongo que son amigos de amigos de amigos. Es nepotismo”, dijo.
También Paulo Lins, el único escritor negro invitado a Fráncfort, criticó la selección de autores. En entrevista con el matutino Tagesspiegel, dijo que la lista no representa a Brasil, y fue incluso más allá: “Soy el único escritor negro en la lista. ¡Si eso no es racismo!”.
Los responsables se defienden
En conversación con Deutsche Welle, el presidente de la Feria del Libro de Fráncfort, Jürgen Boos, rechazó enérgicamente esos reproches: “No hubo racismo”, dijo, y añadió que en el proceso de selección siempre hay escritores que quedan afuera. “Entre los criterios está el del reconocimiento del autor en el país invitado, también si ya fue traducido a otro idioma, y su manera de representar al país”, explica Boos.
Renato Lessa, presidente de la Biblioteca Nacional de Brasil y principal responsable, considera que las críticas están fuera de lugar: “La multiculturalidad no fue un criterio para elegir a los autores. Nos regimos por la estética”, subrayó. Además, en entrevista con DW lamentó que Paulo Coelho no haya querido asistir al evento literario. Al mismo tiempo, resaltó la importancia de los otros 69 escritores: “Paulo Coelho es el escritor más famoso de Brasil, pero nuestro programa en la Feria del Libro de Fráncfort va más allá de él”.
Contradicciones de la sociedad brasileña
A Fernando Molica también le hubiera gustado ver su nombre en la lista de autores invitados a la feria, pero hasta ahora solo una de sus novelas se tradujo al alemán, “Krieg in Mirandao” (Noticias do Mirandao), que se desarrolla en una favela y fue publicada por la editorial Nautilusverlag.
Molica no cree, sin embargo, que el hecho de no haber invitado a otros autores negros o a representantes de minorías haya sido algo intencional. Eso, según él, es más bien una muestra de la realidad brasileña: “La lista refleja la sociedad brasileña, y es representativa. Deja en claro cuáles son los problemas y contradicciones de nuestra sociedad. La escritura brasileña tiene simplemente más escritores blancos. Toda nuestra cultura está dominada por la raza blanca”, añadió el autor.
El motivo es, de acuerdo con Molica, el sistema educativo de Brasil. La mayoría de los escritores del país proviene de las capas medias pudientes, y gozaron de la educación impartida en escuelas privadas.
“Quien quiera formar parte de la escena literaria debe poder escribir. Pero aquel que es pobre en Brasil –y entre los pobres están las minorías indígenas- no puede acceder a escuelas buenas, es decir, privadas”. La consecuencia es clara, opina Molica: la escena literaria sigue siendo dominada por escritores blancos.
En contra de las cuotas
Flávio Carneiro es crítico literario, escritor y profesor de Literatura de la Universidad de Río de Janeiro, y dijo a DW que también él hubiera hecho una lista diferente de invitados. Sin embargo, piensa que las críticas son exageradas: “El trasfondo étnico no debería ser un criterio de elección".
A pesar de eso, dice, el debate abierto en torno a la temática no deja de ser relevante, ya que saca a la luz un tema incómodo: “Nuestro país no es un país justo. Muchos autores no pueden publicar porque no tienen recursos”, afirma. De todos modos, Carneiro no cree que la Feria del Libro de Fráncfort sea el lugar adecuado para reivindicar a esos escritores: “Una lista basada en cuotas tendría el efecto contrario”, dice, ya que daría la impresión de que en Brasil el tema de las minorías no es problemático, algo muy alejado de la realidad.