Los tesoros de las bibliotecas medievales de Chinguetti

En los escritos antiguos hay poesía y matemáticas, astronomía, derecho islámico y el Corán. Como en una cápsula del tiempo, estos documentos capturan la cultura y el progreso de su época. La mayoría de los manuscritos están hechos de papel o pergamino, pero algunos textos también están escritos en piel de oveja. Como tinta, se utilizó una mezcla de carbón vegetal y goma arábiga.

Las familias locales han recopilado miles de manuscritos durante generaciones. La familia de Saif el-Islam al-Ahmed Mahmud posee una de las 13 bibliotecas privadas de Chinguetti. Cinco de ellas están abiertas al público. "Conservamos la memoria del mundo que una vez atravesó estas calles", dijo a la agencia de noticias AFP Ahmed Mahmud, que solo toca el viejo pergamino con guantes de algodón.

Otra biblioteca pertenece a la familia de Abdulá Habbot, quien explica que sus parientes han recopilado alrededor de 1.400 documentos a lo largo de generaciones. Algunos procedían de la peregrinación a La Meca o a otros lugares. Sus antepasados adquirieron algunos de estos manuscritos de los viajeros que hacían un alto en el camino.

El hecho de que algunas de las bibliotecas de manuscritos medievales más importantes de África Occidental se fundaran en Chinguetti tiene que ver con su ubicación. En esta ciudad confluían importantes rutas comerciales, que conectaban las costas occidentales de África con La Meca. Durante siglos, este fue también el lugar de reunión más importante para quienes peregrinaban del Magreb a La Meca.

Hoy todavía viven unas cuatro o cinco mil personas en las casas de barro y piedra de Chinguetti. En el siglo XIV, época del apogeo de Chinguetti, había alrededor de cuatro veces más habitantes. La despoblación de la ciudad se aceleró en la década de 1970, con el conflicto del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos.

Hoy, los antiguos archivos enfrentan una amenaza moderna: el cambio climático provoca inundaciones repentinas en invierno, poniendo en peligro las casas y los documentos almacenados en ellas. Al mismo tiempo, el Sahara se expande y los edificios se llenan de sedimentos, como esta mezquita.

Saif el-Islam al-Ahmed Mahmud está preocupado por la colección histórica de su familia: "Si las bibliotecas se derrumban, los viejos recuerdos desaparecerán", teme. Entonces todos seríamos más pobres, porque: "¿Qué sería del mundo sin poesía?"