Los árabes como esclavizadores: el otro gran comercio
21 de agosto de 2019El antropólogo, economista y escritor Tidiane N’Diaye no niega que el sistema esclavista europeo haya dejado una huella más evidente en África que el árabe, pero explica que la visibilidad de esa impronta se debe a que la economía de muchos de los países africanos sigue siendo operada por empresas occidentales. En todo caso, el experto franco-senegalés insiste en que la gravedad de las secuelas que dejó la esclavización impuesta por los colonizadores europeos no justifica la relativa indiferencia con que es tratado por los historiadores el comercio de esclavos africanos practicado por los árabes. N’Diaye es una de las pocas eminencias en esta materia.
“Por solidaridad religiosa, la mayoría de los autores africanos se ha rehusado a escribir sobre la esclavización llevada a cabo por árabes musulmanes. Habiendo 500 millones de musulmanes en África, es preferible echarle toda la culpa a Occidente que hablar sobre los crímenes pasados de los árabes musulmanes”, esgrime N’Diaye con un dejo de sarcasmo en entrevista con DW. El avasallamiento de los habitantes del continente africano es muy antiguo, pero especialistas señalan que éste se sistematizó en el siglo VII, cuando el Islam echó raíces y floreció en el norte de África; es decir, siete siglos antes de que los europeos exploraran el continente.
Esclavos blancos, esclavos negros
En otras palabras, un milenio antes de que hombres, mujeres y niños de África Occidental fueran encadenados y forzados por los europeos a trabajar en las colonias americanas al otro lado del Atlántico. Los árabes hacían grandes negocios esclavizando a miles de personas en el norte y el Este de África, y vendiéndolos en el Cercano y Medio Oriente. Los únicos que se salvaban de ser tiranizados eran los africanos musulmanes. “De hecho, los árabes empezaron traficando con habitantes de Europa Central y Oriental. Pero el creciente poder militar europeo le puso coto a la expansión islámica y trajo consigo un déficit de esclavos”, comenta N’Diaye.
“De ahí que los árabes dirigieran su mirada hacia África”, acota el investigador, cuyos ensayos sobre la materia han sido nominados al premio Renaudot, considerado el complemento natural del premio literario Goncourt. N’Diaye enfatiza que prácticamente todas las civilizaciones han recurrido a la mano de obra esclava para impulsar sus desarrollos y que hoy día hay aproximadamente 40 millones de personas esclavizadas alrededor del mundo. Antes de que los árabes se asentaran en territorio africano, diversos pueblos de África Oriental –como los Yao, los Makua y los Marava– convertían en esclavos a sus prisioneros de guerra.
Esto significa que, cuando los árabes llegaron a África, se encontraron con un sistema esclavista suficientemente estructurado que les facilitó el comercio con mano de obra involuntaria. “La esclavitud era parte de distintas culturas africanas”, dice también Abdulaziz Lodhi, profesor emérito de Lingüística Africana en la Universidad de Upsala, en Suecia. “Muchas sociedades africanas carecían de cárceles; las personas que incurrían en infracciones eran vendidas”, agrega. No obstante, el auge del comercio de esclavos comenzó realmente en el siglo XVII, cuando cada vez más mercaderes de Omán se radicaron en Zanzíbar.
Dudas razonables
Investigaciones científicas apuntan a que tres de cada cuatro esclavos morían –hambrientos, enfermos o exhaustos– antes de ser vendidos en ese conjunto de islas, ubicado frente a las costas de lo que hoy es Tanzania. N’Diaye da por sentado que 17 millones de personas perdieron la vida en cautiverio. “La mayoría de la gente tiene en mente los esclavos que los europeos llevaron hacia el Nuevo Mundo; pero, en realidad, la cantidad de personas esclavizadas por los árabes musulmanes fue mucho mayor: ocho millones fueron llevados a Marruecos y a Egipto a través de la ruta trans-sahariana”, asegura este conocedor del asunto.
“Y otros nueve millones fueron llevados a las inmediaciones del mar Rojo y otras regiones”, añade N’Diaye. Sus opiniones son respetadas, pero las cifras con que procura sustentarlas son objeto de debate. “¿17 millones de esclavos muertos? ¿Cómo es posible, si en aquella época la población de África no llegaba ni a los 40 millones?”, arguye Lodhi. El catedrático emérito de Upsala también pone en duda la veracidad de la estimación hecha por David Livingston, el misionero escocés dedicado a la exploración de África según el cual 50.000 esclavos eran llevados anualmente a los mercados de Zanzíbar. “Esa cifra no tiene ni pies ni cabeza”, critica.
“Ni siquiera hoy día podrían vivir 50.000 personas en Zanzíbar”, subraya Lodhi. Estadísticas aparte, se sabe que no todos los esclavos eran llevados a Egitpo o a Arabia. A partir de 1820, los colonos provenientes de Omán comenzaron a cultivar claveles en Zanzíbar para satisfacer la creciente demanda mundial. Eso hizo que surgieran grandes plantaciones en las islas, favorecidas por la cercanía de los mercados donde se podía comprar mano de obra barata. Poco a poco, el carácter de Zanzíbar fue cambiando: de ser un centro para el comercio de esclavos pasó a ser un consumidor de fuerza laboral esclava que dio pie a la aparición de personajes temibles como Tippu-Tip (Hamed bin Mohammed el Marjebi), un poderoso comerciante de esclavos suajili.
(erc/jov)
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