1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Lucha europea contra el cultivo de cocaína

Steffen Leidel - 27 de noviembre de 2006
https://p.dw.com/p/9R18
Johann krug, en las plantaciones de los Yungas.Imagen: DW/Steffen Leidel

DW-WORLD.DE: Durante muchos años el Gobierno estadounidense ha fijado las reglas en la lucha contra el cultivo de cocaína. Su lema era: sólo se ayudará o tomarán medidas drásticas cuando se destruyan los campos de coca. ¿Hasta qué punto se diferencia esta postura del concepto de la Unión Europea?

Johann Krug: Al contrario de la cooperación estadounidense la ayuda europea no está condicionada. Es decir, los proyectos se subvencionan sin la necesidad de exigir la previa destrucción de los campos de cocaína. El enfoque europeo se centra en el fomento de la economía local. Para eso es necesario potenciar el cultivo de productos alternativos como el mango, la piña y las verduras. O la cría de cerdos y abejas. Pero eso no es todo. La sociedad civil tiene que desarrollarse (por medio de la formación profesional) para acceder a mejores servicios sanitarios y a una mejor infraestructura. De esta manera, se espera una reducción de la dependencia con respecto a la producción de cocaína. Y la gente se dará cuenta de que existen otras fuentes de ingresos.

DW-WORLD.DE: ¿Por qué razón cultivarían los campesinos menos cocaína? ¿Sólo porque tienen mejores calles?

J. K: Piense por ejemplo en los Yungas. El paisaje aquí es espectacular. Pero el terreno es muy montañoso y los valles muy escarpados. Las condiciones de las carreteras son nefastas. Ello dificulta la comercialización de los productos agrícolas perecederos como la fruta o las flores. Algunas mercancías, sobre todo las que son para exportar, se deben transportar rápido desde La Paz al aeropuerto. Durante la estación de lluvias se producen siempre deslizamientos de tierra. El caudal de los ríos se lleva los puentes. Asimismo, las calles se bloquean. ¿Qué se puede hacer en estas condiciones con los productos que caducan? El problema es grave.

DW-WORLD.DE: ¿Y qué ventajas ofrecen las plantas de cocaína respecto a otros productos?

J. K: La hoja es cosechada, secada y después prensada en grandes lotes que es posible almacenar durante varias semanas. Además, las hojas de cocaína son ligeras para transportar. Anualmente se puede cosechar hasta cuatro veces, de modo que los campesinos tienen un ingreso seguro durante un período de tiempo relativamente corto.

DW-WORLD.DE: Así que el cultivo de cocaína es bastante más rentable que los productos alternativos…

J. K: Partimos de la base de que las diferencias no son en absoluto importantes. Las inversiones, aquí en los Yungas, en un campo de cocaína son relevantes. Cuesta alrededor de 4000 hasta 5000 dólares plantar una hectárea de campo entre las escarpadas pendientes. Se requiere además mucha mano de obra. La coca necesita muchos cuidados. Y existen alternativas interesantes como el café o el mango.

DW-WORLD.DE: Para las personas de aquí la cocaína no sólo es una planta útil sino sagrada. ¿Existen reservas frente a productos alternativos?

J. K: Todo el que encuentra una alternativa, la acoge con gusto. El cultivo de cocaína es muy laborioso. Además, causa graves problemas medioambientales. Tras 12 años de monocultivo el suelo está destrozado. Es necesario darle un respiro a los campos. La erosión que se está produciendo es enorme. Y para poder cultivar, cada vez se talan más bosques. En la actualidad, los Yungas sufren un agudo problema de suministro de agua potable. No, existen sin lugar a dudas otras fuentes de ingresos. No sólo se trata de encontrar terrenos alternativos que sean fructíferos. El turismo, por ejemplo, es una opción que presenta gran potencial.

DW-WORLD.DE: ¿Es previsible que cuaje el “tierno” concepto de la UE?

J. K: Mire, como ejemplo le puedo poner la comarca de Chapare, la segunda zona más importante en cultivo de cocaína en Bolivia. La UE ha invertido en esta región ocho millones de euros en salud, educación e infraestructura. Los grandes conflictos que normalmente desencadena la producción de cocaína, no se han dado en los últimos tres años. El concepto europeo ha contribuido a reducir los conflictos sociales. Nos hemos ganado la confianza de los agricultores. En cambio, la propuesta estadounidense crea graves enfrentamientos, ya que sólo se les presta ayuda a los campesinos si destruyen sus campos de cocaína.

DW-WORLD.DE: ¿Ha tenido encontronazos en relación a esta cuestión con sus colegas estadounidenses?

J. K: No, en absoluto. No existe ningún conflicto con la cooperación norteamericana. Estamos en contacto permanente. Muy interesante resulta el hecho de que nuestros colegas de la USAID [Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional] que trabajan aquí están de acuerdo con nuestro planteamiento. Pero a ellos les llegan las directrices de su central y no tienen influencia sobre ellas.

DW-WORLD.DE: Evo Morales ha emitido su lema: Coca sí, coca no. ¿Cómo se muestra la UE en cuanto a la legalización de la cocaína?

J. K: Al respecto no hay ninguna postura oficial. Se observa la situación. Existen por supuesto ciertas simpatías, así como agitados rechazos. Creo que Morales tiene razón cuando dice que hay que diferenciar entre plantas de coca y cocaína. Los variados productos de la planta como por ejemplo el té, champúes, pasta de dientes con extractos de coca, etc. no tienen relación alguna con el abuso de drogas.

Johan Krug, de la Sociedad para Cooperación de Trabajo Técnico (Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit, GTZ), es consultor internacional de los Fondos Nacionales para el Desarrollo Alternativo (FONADAL) en Bolivia. FONADAL subvenciona proyectos de infraestructura como por ejemplo la construcción de colegios, hospitales y calles; y coopera en la búsqueda de nuevas alternativas al cultivo de coca. La UE ha contribuido con un total de 13 millones de euros.