"Madre hay una sola"
4 de marzo de 2004Alemania rompió un triste récord: en ningún otro país del mundo hay tantas mujeres sin hijos. Una de cada tres mujeres, en edad de ser madres, renuncia a tener familia. Entre las mujeres académicas el porcentaje es aún mayor. Allí el 40% de las madres potenciales optan por una vida sin hijos. Estos datos fueron presentados en Bielefeld por Herwig Birg, presidente de la Sociedad Alemana para Demografía.
Todo o nada
En cambio, en EEUU y Francia la cantidad de mujeres sin hijos es la mitad que en Alemania. Incluso en los países del sur y Este de Europa con bajos índices de natalidad hay más madres que en Alemania, informó el demógrafo Birg. Aparentemente la explicación para este fenómeno radica en la polarización existente en Alemania. "Las parejas que deciden tener familia, tienen en promedio dos hijos, no sólo uno". En este grupo de personas se observa también una clara tendencia hacia la familia numerosa.
Causas económicas
Según los expertos, esta situación es la consecuencia inevitable de la legislación social alemana. La creciente tendencia hacia una vida sin hijos radica en el hecho de que en Alemania los niños no cumplen el rol de "seguro" ante la vejez. Mientras que en otros países el razonamiento es completamente inverso: los hijos son considerados de algún modo una "inversión a futuro", ya que velarán por los padres durante la vejez. En Alemania, en cambio, parece ser que un hijo significa más riesgo económico que seguridad. Sólo así se explica que ya en 1972 Alemania fuera el primer país en el cual hubo más muertes que nacimientos. Herwig Birg pronostica que "esta tendencia ya no se podrá cambiar en este siglo".
Mujeres mal remuneradas
Un problema adicional que se le presenta a las mujeres alemanas es que reciben menores sueldos que sus colegas hombres. Un estudio reciente de la Secretaría Federal de Estadísticas demostró que en 2003 las empleadas femeninas en los ramos de comercio, crédito, producción y seguros, ganaron en promedio un 30 por ciento menos que los empleados masculinos. Las notorias diferencias de ingresos entre hombres y mujeres inciden, sin duda, en la decisión de muchas alemanas por una vida sin hijos.
Aunque es innegable que la continua reducción de beneficios sociales en Alemania afecta en gran medida a las familias, lo que queda dejan en evidencia los datos estadísticos es que en una sociedad de consumo un hijo es muy poco más que otro bien de consumo, cuya inversión debe ser meditada, al igual que se medita la compra de un auto o una casa. De la felicidad que puede traer un hijo o la realización que significa para una mujer el hecho de ser madre, ni se habla. Probablemente porque ni la felicidad, ni la realización personal se pueden contabilizar en dinero.