Maratón de la memoria
27 de julio de 2007¿Lo traiciona a veces la memoria ante el cajero automático, que amenaza con tragarse su tarjeta si por tercera vez ingresa el código secreto equivocado? ¿Olvida con frecuencia alguna de las cosas que pensaba comprar en el supermercado? En tal caso, el campeonato que se celebra en la localidad alemana de Tuttlingen no es nada para usted… a menos que se ponga a entrenar su materia gris en forma seria y persistente. Al fin y al cabo, no en vano se ha acuñado ya el concepto del “deporte mental” y sus estrellas no sólo son talentos innatos, sino gente que ejercita la memoria con la disciplina de cualquier atleta.
Récords mundiales
Los mejores se miden ahora en el Campeonato Alemán de la Memoria, en diversas categorías y disciplinas, que van desde la maratón numérica hasta la carrera de las palabras. La contienda promete ser difícil, en vista del nivel de los participantes. Entre ellos se cuenta, por ejemplo, Gunther Karsten, un químico de 45 años de edad, que es capaz de memorizar hasta un total de 1949 cifras en una hora. En sus manos está el récord mundial en dicha especialidad. El inglés Ben Pridmore lo ostenta en cambio en la disciplina de recordar la secuencia de los naipes de un mazo barajado. Esa proeza le toma sólo 26 segundos a Pridmore, invitado estrella de este campeonato alemán.
Los participantes, cuyas edades van desde los 9 a los 60 años, derrochan capacidades asombrosas. Por ejemplo, la campeona mundial femenina Cornelia Beddies puede retener, en sólo una hora, 3000 combinaciones de ceros y unos. Y Anna Barwinski, una niña de sólo 11 años, aprende en apenas 5 minutos 40 diferentes datos históricos.
¿Cómo lo hacen?
La práctica hace al maestro, dicen los que saben. Técnicas para entrenar la memoria hay muchas, como la del mind mapping (mapa de la mente), creada por Tony Buzan, organizador del primer campeonato mundial de la memoria, que tuvo lugar en 1990, en Londres. Buzan participa este vez en el programa de conferencias y actividades paralelas al torneo alemán.
Pero, ¿cómo evitar en la práctica olvidar algo importante? Los recursos empleados son mucho más sutiles que el viejo truco de amarrarse un hilo al dedo. En general consisten en asociar aquello que se quiere memorizar con algo que tenemos ya grabado en la mente. Lo mismo vale para una secuencia. Como ejemplo sirve un spot publicitario, en el que se trataba de grabar en la memoria del público el número de un servicio telefónico alemán de informaciones: 11 88 0. Verona Poth, una presentadora de origen boliviano que llegó a convertirse en uno de los rostros más populares de la TV alemana, revelaba sus claves personales para retener la cifra. “11 son los jugadores de un equipo de fútbol, 88 años tiene mi abuelita y yo tengo 0 idea de por qué hago este comercial”, decía Verona. O algo parecido… la verdad, no lo recuerdo con exactitud.