Medicamentos falsos, un negocio mortal
28 de septiembre de 2013Los falsificadores no tienen escrúpulo alguno. Fabrican analgésicos con tiza, productos adelgazantes con arsénico tóxico y pastillas para la potencia sexual con agua. Hay organizaciones criminales de ámbito internacional que consiguen sumas millonarias con el negocio de los medicamentos falsos. Venden los productos por Internet o clandestinamente. En el mejor de los casos, estos contienen sustancias inocuas. Pero hay ocasiones en que pueden resultar mortales. Se estima que en África mueren unas 700.000 personas al año por tomar medicamentos falsos contra la malaria y la tuberculosis.
El negocio ilegal de medicamentos también florece en Alemania. "Lo vemos en número creciente cada año", dice Ruth Haliti, del departamento de delitos aduaneros de Colonia. Solo en el primer semestre de 2013 se han incautado en las aduanas alemanas 1,4 millones de medicamentos falsos, aproximadamente un 15% más que en el mismo período del pasado año. Pero Haliti cree que esto es solo la punta del iceberg: "La cifra real es mucho mayor", asegura.
A la búsqueda de paquetes sospechosos
Por todo el mundo hay laboratorios ocultos en garajes y patios traseros donde se fabrican estos medicamentos. Muchos de ellos se encuentran en ciudades del Este asiático. Uno de los puntos de recepción de medicamentos que no proceden de la Unión Europea se encuentra en el aeropuerto de Fráncfort. Los agentes del servicio aduanero controlan allí sistemáticamente cada año 90 tonaledas de correo aéreo.
Para ello, observan el aspecto externo de los envíos. "A veces no sospechamos del paquete, sino del remitente", dice Haliti. En caso de que encuentren medicamentos sospechosos en las cartas o paquetes, los envían al laboratorio para su análisis. En este ámbito, la criminalidad a pequeña escala hace tiempo que desapareció. Ahora se ha convertido en un negocio de dimensiones mundiales. "Se trata de una suerte de crimen organizado, que antes solo conocíamos en el tráfico de drogas", explica Haliti. El motivo es evidente: el negocio de los medicamentos falsos procura unas ganancias muy superiores. Ruth Haliti calcula que el margen de beneficio de una imitación de Viagra puede cifrarse en más del 25.000 por ciento, diez veces más que con la cocaína.
Redadas contra las bandas internacionales
Las autoridades fronterizas trabajan de forma conjunta para acabar con las redes internacionales de tráfico de medicamentos. En junio pasado, más de 100 países participaron conjuntamente en un golpe contra esta mafia. Los investigadores detectaron más de diez millones de envíos sospechosos y se detuvo al menos a 200 personas. La Unión Europea es muy activa al respecto. Desde 2010 cuenta con una resolución escrita que define su política sobre medicamentos, en la que consta que, a partir de 2017, los envases deben incluir un código de seguridad. De esta manera se podrá identificar cada preparado y realizar un seguimiento desde el fabricante hasta el consumidor. Este sistema comprende tanto a las farmacias homologadas como a proveedores por Internet, como es el caso de Doc Morris.
Por su parte, el negocio por Internet de los traficantes de medicamentos no se ha visto afectado. Ahí es donde reside uno de los mayores peligros. La Organización Mundial de la Salud calcula que uno de cada dos medicamentos que se ofrecen en la red es falso. Los consumidores de los países en desarrollo, donde apenas está regulado el mercado de los medicamentos, se ven especialmente amenazados. Joachim Odenbach, de la Asociación Federal de Industrias Farmacéuticas (BPI, por sus siglas en alemán), alude a ese peligro: "Muchos países no disponen de una ley como la nuestra sobre medicamentos y farmacias", dice. Las personas con pocos recursos, que necesitan medicamentos vitales a un precio asequible, se ven especialmente amenazadas.
Las consecuencias mortales de los medicamentos falsos
En el mercado se pueden encontrar preparados para la malaria, las enfermedades coronarias, para bajar la tensión e incluso para curar el SIDA. Estos medicamentos se fabrican en condiciones higiénicas muy deficientes, continúa Odenbach. En algunas muestras se han encontrado, por ejemplo, excrementos de rata. Los fabricantes carecen por completo de escrúpulos a la hora de mezclar sustancias tóxicas.
Uno de los casos más escalofriantes se produjo en Níger, al norte de África. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, unas 2.500 personas murieron a mitad de la década de los 90 tras ser vacunadas con un medicamento supuestamente efectivo contra la meningitis.