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Menos extranjeros interesados en ser alemanes

José Ospina Valencia21 de julio de 2006

En Alemania son cada vez menos los extranjeros que quieren asumir la nacionalidad. El veto a la poseción de dos nacionalidades es uno de los obstáculos. Sea como sea, para ser alemán, hay que hablar alemán.

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Niños de Kreuzberg, un populoso barrio de Berlín.Imagen: dpa

En 2005 el número de extranjeros nacionalizados bajó en un 7,8%. Según la Oficina Federal de Estadísticas, con sede en Wiesbaden, el año pasado 117.240 extranjeros residentes en Alemania obtuvieron la nacionalidad. Unos 10.000 menos que el año anterior. Desde el año 2.000, la cifra más reducida, dice la misma entidad.

Los turcos, la gran minoría en Alemania, fue el grupo de extranjeros más interesado en cambiar de nacionalidad. A éstos le siguieron los montenegrinos, serbios y polacos.

En el 2.000, año en que se introdujo la nueva Ley de Extranjería que facilitaba la nacionalización 186.700 personas hicieron uso de la posibilidad, toda vez que la mayoría vive en Alemania desde hace más de tres décadas y muchos de ellos habían incluso nacido aquí. Pero desde ese mismo año, son cada vez menos los extranjeros interesados en ser alemanes, aunque tengan la posibilidad.

Vetada la doble nacionalidad

Una oportunidad que, en muchos casos, se convierte, en la vida práctica, en un obstáculo. Toda vez que las disposiciones alemanas exigen renunciar, irrevocablemente, a la primera nacionalidad. Un despropósito para muchas personas que mantienen estrechos vínculos familiares, empresariales y sentimentales con su país de origen.

Hasta ahora empero, no hay un estudio que explique cuáles otras puedan ser las razones por las cuales la nacionalización no resulte tan atractiva como las autoridades lo creían. De todos modos, organizaciones de la comunidad turca expresan su descontento con el debate público de políticos cristianodemócratas que piden dificultar aún más la toma de la ciudadanía alemana.

A las preocupaciones anteriores se suman las de la jefe del opositor partido de Los Verdes, Claudia Roth, que ve en el creciente desinterés de los extranjeros por la nacionalidad alemana "una consecuencia de la continua verborrea contra los inmigrantes". Roth critica que los políticos de la Unión Cristianodemócrata (CDU), "hablen de integración y al mismo tiempo quieran poner más trabas para la nacionalización". El Partido de la Nueva Izquierda, presente en el Parlamento de Berlín, habla, por su parte, de "fracaso de la política de integración".

Quien quiera ser alemán, tiene que hablar alemán

Para Kenan Kolat, director nacional de la comunidad turca en Alemania, la reducción en el número de ciudadanos nacionalizados se presenta como un "problema preocupante, una señal de alarma". Kolat se queja de que las autoridades están apretando cada vez las condiciones que asustan a quienes quisieran asumir voluntariamente la nacionalidad germana. En los últimos meses se han introducido, por ejemplo, exigencias de dominio del lenguaje con las que, si bien no todos están de acuerdo, la mayoría aprueba.

Legalidad facilita las cosas

La adquisición de la nacionalidad alemana está basada en la Ley de Extranjería, cuyo parágrafo 10, inciso 1, concede tal derecho cuando se han vivido 8 años legalmente en Alemania y se cuenta con un trabajo que cubra todos los gastos que la estadía exige.

Los esposos y esposas extranjeros de ciudadanos alemanes, así como sus hijos menores de edad adquieren el derecho después de 3 y 5 años de residencia. Importante es que uno o ambos cónyuges devenguen y, en lo posible, no exijan subsidios estatales.