Miedo al boicot estadounidense
7 de febrero de 2003Algunos representantes económicos alemanes han expresado públicamente sus temores de que las desavenencias políticas en torno a la crisis iraquí pudieran perjudicar las relaciones comerciales. Alemania atraviesa un periodo de debilidad económica y se mantiene al filo de una recesión, que ha logrado evitar precisamente gracias al mercado exportador. De hecho las excelentes relaciones, también en el ámbito económico, entre Estados Unidos y Alemania han sido un pilar importante del bienestar económico alemán.
Hay que mantener el nivel de exportaciones
Anton F. Börner, presidente de la Confederación Alemana de Comercio Exterior dijo recientemente que son cada vez más los empresarios alemanas que perciben un enfriamiento en las relaciones con sus socios estadounidenses. Una tendencia peligrosa tomando en cuenta la debilidad coyuntural que registra Alemania y el alto nivel de desempleo, con cerca de 4,6 millones de personas sin trabajo. En este momento es muy importante mantener el nivel de exportaciones y el comercio con el extranjero.
Según Börner, si se profundizan las animosidades entre ambos países, podría registrarse un retroceso en el volumen comercial de importaciones hechas por Estados Unidos de cerca de un 10%, lo que representaría para Alemania un retroceso del 0,3% de su Producto Interno Bruto, con las consecuentes repercusiones para el mercado laboral.
Cae demanda extranjera en el 2002
Según las más recientes estadísticas dadas a conocer por el Ministerio Federal de Economía, ya en el mes de diciembre del 2002 se registró un descenso de la demanda extranjera. En este mes la demanda retrocedió un 8,7%. Resultaría más que aventurado relacionar el descenso de la demanda extranjera con la "crisis" germano- estadounidense, especialmente porque este retroceso contempla la demanda extranjera en general y no se enfoca únicamente en la estadounidense, pero el hecho es que este pilar de la economía alemana se encuentra debilitado.
También cae la inversión extranjera
Y no sólo la demanda extranjera retrocede, también las inversiones extranjeras en territorio germano. En Alemania operan unas 22.000 empresas de capital extranjero, responsables de cerca de 2 millones de empleos y un movimiento de 500.000 millones de euros anuales. Mientras que en el 2002 las inversiones extranjeras frescas ascendieron a 40.000 millones de euros, producto de estrategias a largo plazo, se espera que para el 2003 esta cifra caiga drásticamente y se situé alrededor de los 20.000 millones de euros, por eso de que "la estabilidad comienza en casa", lo que hace que los consorcios prefieran mantener sus inversiones en los mercados nacionales, mientras que se supera el periodo de debilidad coyuntural mundial.