Migrantes: un plato de comida por un teléfono móvil
23 de octubre de 2018Ixtepec. Gerson Hernández acaba de saltar de un tren de carga. Tan ponto como piensa que está a salvo, detrás de las paredes del albergue de refugiados de Ixtepec, al sur de México en el estado de Oaxaca, hurga en el bolsillo de su pantalón, y saca un teléfono celular para enviar un breve mensaje a su familia en Honduras: todo está bien, recién llegué a Ixtepec. "Todos estamos de acuerdo con que la ruta es peligrosa, y mi madre está muy preocupada por ello”, dice el joven de 24 años de edad, y añade que el valor del teléfono móvil es de 30 euros, uno de los más baratos que pudo encontrar en México. En cualquier momento se lo pueden robar, pero hasta entonces vale oro. México es peligroso, es tierra de nadie, y los migrantes centroamericanos la tienen que cruzar para llegar a Estados Unidos. 2.000 kilómetros de guardas fronterizos corruptos, policías violentos, y criminales que secuestran a los migrantes para extorsionarlos por dinero, obligan a las mujeres a prostituirse y a los hombres a contrabandear droga.
Según una encuesta realizada en diversos albergues en México, alrededor del 40% de los migrantes que cruzan por ese país tienen un teléfono móvil. La mayoría de los alojamientos se encuentran a lo largo de las vías del tren y de los 3.000 kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos. Son gestionados por la iglesia y por los creyentes. Son uno de los pocos lugares en donde los migrantes se sienten seguros y protegidos de ataques por parte de la policía y de los criminales.
"La comunicación juega un rol muy importante en el bienestar emocional de los migrantes y sus familiares”, dice Sergio Luna, gerente del albergue de refugiados Sagrada Familia en Apizaco, en el centro México. "También, significativamente, ha mejorado la seguridad. Por ejemplo, si un grupo se separa, se puede volver a reunir rápidamente”. Además, muchos migrantes están en contacto con sus parientes en Estados Unidos, y pueden transferir el dinero que necesitan para su viaje dependiendo en qué ciudad se encuentren. En caso de un ataque, no pierden la suma total. "Incluso muchos migrantes intercambian un plato de comida por una llamada telefónica o un teléfono celular con un plan de datos”, reveló Guillermo Barros, periodista español y estudiante de ayuda humanitaria, en su estudio "Rompiendo el silencio”.
Según Luna, la Cruz Roja Internacional fue la pionera en investigar como es la comunicación entre los migrantes. A partir de 2014, se comenzó a instalar cabinas telefónicas en los albergues de refugiados porque los teléfonos públicos que se encuentran a lo largo de las vías del tren son peligrosos. Allí, tanto las autoridades migratorias como los delincuentes acechaban a los emigrantes. En los albergues estaban a salvo, y el personal vendía tarjetas telefónicas. Pero el sistema tenía una desventaja: "No podíamos comprobar exactamente con quién hablaban los migrantes”, explica Luna. A veces, los carteles de la droga o las bandas de contrabando infiltran a espías en los refugios.
Hoy en día hay otro sistema: la mayoría de los albergues tienen un teléfono móvil que los migrantes pueden usar para hacer llamadas internacionales por tres minutos. "Siempre son en presencia de un empleado del albergue para evitar abusos”, dice Luna. Esto fue posible gracias a que el precio de los teléfonos celulares cayó. Ahora, existen planes prepagados con los que se pueden realizar llamadas ilimitadas a Estados Unidos y a América Central por un valor de 25 euros al mes. Sin embargo, la señal de los teléfonos móviles no es muy buena. En este caso, algunos albergues todavía ofrecen conexión a internet a través de un ordenador. La plataforma de comunicación más popular es Facebook. Por el otro lado, WhatsApp, aplicaciones como Kompass o Google Maps, principalmente, son utilizadas por aquellos que viajan con un teléfono celular.
Pero poco se sabe sobre las aplicaciones proporcionadas por organizaciones como UHCR, MSF, y IOM. Por ejemplo: @ConfiaEnElJaguar en Facebook. En esta página los migrantes encuentran información útil sobre la ruta o sobre las cuestiones legales, e incluso pueden conversar con expertos. El sitio existe desde 2017, pero la mayoría de los refugiados se enteran de esta página en los albergues. Los consejos que dan los empleados y los compañeros de viajes siguen siendo fundamentales para decidir cómo, por dónde y cuándo continuar con el viaje.
Autora: Sandra Weiß (bt/er)