Modelo económico alemán: ¿exportable?
22 de octubre de 2010La tasa de desempleo en Alemania ha alcanzado su punto más bajo desde 1992 y las exportaciones crecen como si la crisis financiera internacional no hubiese existido. Si se compara la economía alemana, por ejemplo, con la estadounidense, las señales parecen claras: la actual tasa de desempleo de 9,6 por ciento es desacostumbradamente alta para EE.UU. y el crecimiento económico norteamericano está muy por debajo del alemán. Los estadounidenses le dan vueltas al asunto: ¿Cómo ha llegado EE.UU. a estar en desventaja frente a Alemania?
La fortaleza de la economía alemana no radica en milagro o secreto alguno, dice Thomas Zielke, vicedelegado de la economía alemana en Washington: se trata de las exportaciones, “la gran flexibilidad de las empresas, la presión hacia fuera". El país está "acostumbrado a exportar”. En EE.UU., por el contrario, con un gran mercado interno de 240 millones de consumidores, exportar no es la regla. Mientras las exportaciones representan sólo el 13 por ciento del producto interno bruto estadounidense, en Alemania ese porcentaje se eleva al triple. La mayor parte de las exportaciones alemanas se destinan a otros países de la Unión Europea; aunque las tasas de crecimiento más elevadas se registran ahora en las exportaciones hacia el resto del mundo.
“Perfectamente posicionada”
Cuando el mercado doméstico colapsa en una recesión como la más reciente y el Gobierno no puede o no quiere reactivar la coyuntura, a la economía le quedan sólo las inversiones y, sobre todo, las exportaciones – señala Robert Shapiro, miembro del equipo de asesores económicos del Gobierno estadounidense.
“Esa siempre ha sido la fortaleza de Alemania, que estaba perfectamente posicionada en estas circunstancias”. Para ello, sin embargo, el país tuvo que ajustarse el cinturón durante largo tiempo tras la reunificación, agrega Shapiro.
Que Alemania haya salido tan pronto de la crisis tiene, además, otras explicaciones que Shapiro y sus colegas han observado con atención. Entre ellas, se hallan medidas estatales como el subsidio a la jornada reducida, con la cual el Estado asumió una parte de los salarios durante la coyuntura económica para evitar la aceleración de los despidos.
¿Modelo exportable?
Jacob Kirkegaard, del Peterson Institute for International Economics, no oculta su admiración por la medida: “los alemanes demostraron que es posible superar una caída dramática de las exportaciones y de las cifras de ventas sin despidos masivos”. Esa sería la respuesta correcta, si se tiene en cuenta que el desempeño económico es cíclico. “Se trata de una flexibilidad distinta. Aquí, en el mercado de trabajo estadounidense, la reacción es instintiva: si bajan las ventas, se despide a la gente”. Pero entonces, cuando la demanda se recupera, falta fuerza laboral, dice Kirkegaard.
No obstante, el modelo alemán no sería exportable sin más al mercado norteamericano, asegura Shapiro. En primer lugar, las diferencias culturales son muy grandes: los estadounidenses se oponen, por definición, a la intervención del Estado en la economía. Y eso sin contar con que la economía alemana enfrenta, según el experto, grandes riesgos: “como estadounidense, no cambiaría la situación económica estadounidense por la alemana”. A Shapiro le preocupa la posibilidad de que el Banco Central Europeo continúe relajando la política monetaria, así como el peligro de bancarrota estatal en otros países europeos. La situación griega no ha mejorado sustancialmente y hay que estar atento a Francia y las actuales protestas masivas contra la reforma de pensiones, agrega.
El retorno de la industria
También el crecimiento de las exportaciones a China tiene su costo moral, sostienen Shapiro y Kirkegaard. “Alemania se mantiene discreta porque no quiere afectar sus exportaciones. Los EE.UU., sin embargo, asumen sin sutilezas su posición respecto a las violaciones de los derechos humanos en China”, dice Kirkegaard. “Eso tiene consecuencias sobre las oportunidades con que cuenta la exportación estadounidense”. Eso sí, el Gobierno de Barack Obama ha reconocido la importancia de reforzar las exportaciones y se muestra actualmente interesado en el modelo alemán.
El presidente ha aclarado que las exportaciones estadounidenses deben duplicarse en un lapso de cinco años, señala Thomas Zielke. “Los temas de producción industrial y exportación están bien arriba en la agenda de esta administración y ya se han emprendido algunos ajustes”. Obama ha repetido en varias ocasiones que ve el futuro en la manufactura, en una vuelta a la producción y a la industria, dice el vicedelegado de la economía alemana en Washington: “Y ha contrapuesto esto, conscientemente, a (lo que representan) Wall Street y la crisis financiera”.
Autora: Christina Bergmann (DW Washington) / RML
Editor: Pablo Kummetz