Morir dignamente
30 de marzo de 2007El que nueve millones de ciudadanos alemanes cuenten en este momento ya con una manifestación anticipada de voluntad determinando la manera de morir prueba que el tema preocupa a la población. El Bundestag, el parlamento alemán, debate acaloradamente acerca de una nueva regulación de este tipo de documento, por el que opta cada vez más personas.
Sin medios artificiales
En una era en que la medicina ha logrado postergar en mucho el umbral entre la vida y la muerte, con este tipo de documento el individuo pretende determinar en qué medida debe hacerlo con la propia existencia. La cuestión subyacente al debate es si lo que un ciudadano decide en pleno uso de sus facultades mentales y físicas debe siempre tenerse en cuenta en el momento en que no puede articularse: no ser conectado a un respirador o no ser alimentado artificialmente, por ejemplo.
¿Irreversible?
Sin embargo, ¿en qué casos debe prevalecer esta voluntad? Cuando existe una enfermedad irreversible, dice la actual legislación alemana. De otra manera, la medicina se ve obligada a hacer todo lo que esté en su mano para conservar la vida. Pero, ¿qué hacer si un paciente que no tiene una enfermedad terminal no quiere de ninguna manera que se lo trate con sondas o aparatos? ¿Puede una regulación estatal obligarlo a vivir?
Los estados comatosos procuran infinidad de casos conflictivos en los que aquello de la prevalencia de la voluntad del paciente se torna un terreno altamente jabonoso. ¿Qué hacer si ese paciente en coma firmó su voluntad hace veinte años y ahora, según información de su familia su opinión era una diferente? ¿Quién decide, qué prevalece, cuándo y hasta cuándo es válido un documento de ese tipo? Muchos médicos y familiares no saben qué hacer con la voluntad expresa de un enfermo grave.
Las cosas claras
La Iglesia Evangélica alemana se expresa claramente al respecto: la voluntad anticipada del paciente debe valer sólo para casos de enfermedades irreversibles; faltaría por regular sólo lo que está permitido hacer en casos de coma despierto o de demencia. Uno de los problemas de esta formulación a primera vista tan clara es: ¿en qué momento está seguro un médico de que la enfermedad es irreversible? En caso de duda, los unos opinan que la voluntad del paciente debe prevalecer; los otros dicen que la protección de la vida. No se trata de no proteger la vida, dicen los terceros, se trata de permitir que el flujo vital cese naturalmente.
El asunto es complicado y tiene infinidad de bemoles. En un año debe estar lista la nueva regulación, informa la ministra alemana de Justicia, Brigitte Zypries. Hasta eso se habrá discutido mucho y, rebasando las regulaciones, la pregunta que ocupará muchas mentes será: "y yo, ¿cómo querría morir?".