Moscú, Blair y Berlusconi
16 de diciembre de 2009Siempre un papelón
De Volkskrant, de Amsterdam, comenta el reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur por parte del Estado insular Nauru y lo que califica de papelón para Moscú: “Ese mini país en el Océano Pacífico es, luego que Rusia le proporcionara ayudas millonarias, el cuarto Estado que reconoce las regiones separatistas de Georgia. La diplomacia rusa, muy ocupada cuando los sucesos mundiales estaban determinados por el accionar de Bush, Cheney y Rumsfeld, tiene hoy poco que hacer… En el frente occidental no hay nada nuevo. Por ello puede concentrarse en un gran proyecto: el reconocimiento diplomático de Abjasia y Osetia del Sur. Pero esa tarea ha terminado hasta ahora siempre en un papelón. De todos los amigos y aliados que Rusia tiene en el mundo, casi ninguno estuvo dispuesto este año que termina a seguir el ejemplo de Moscú. Hasta los mayores camaradas, Kazajstán y Bielorrusia, son reticentes. Sólo Nicaragua y Venezuela mordieron el anzuelo, luego de cerrar negocios en torno a armas y petróleo.”
¿Una gran mentira?
Le Monde, de París, comenta las declaraciones del ex primer ministro británico Tony Blair de que incluso sin el argumento de las armas de destrucción masiva se hubiera decidido igualmente a favor de una guerra contra Irak: “Para comprender cuánto afectaron esas declaraciones a los británicos, es necesario echar un vistazo al pasado. A fines de 2002, comienzos de 2003, todo el aparato de comunicación del Gobierno de Blair se concentró en sólo un tema: en propagar que Saddam Hussein había acumulado un impresionante arsenal de armas químicas y quizás también nucleares, que podría poner a disposición de Al Qaeda. (…) Sólo sobre la base de la necesidad de eliminar esas armas de destrucción masiva autorizó la Cámara de los Comunes el ingreso de Gran Bretaña en la guerra. El servicio secreto británico, por el contrario, tenía serias dudas acerca de la existencia de esas armas, que finalmente se constató que no existían. (…) Blair llevó a la guerra al país basándose aparentemente en una enorme mentira. Una de las mentiras que deben obligar a un estadista a renunciar y reflexionar sobre su accionar.”
Chivos expiatorios
The Guardian, de Londres, escribe sobre el futuro del jefe de Gobierno de Italia, Silvio Berlusconi: “En lugar de buscar chivos expiatorios, Berlusconi debería preguntarse por qué 250.000 italianos organizaron a comienzos de mes en Roma un 'Día anti Berlusconi'. Los italianos no se manifestaron contra lo que representa el primer ministro, sino contra lo que él mismo es. Y con razón: se trata de un hombre envuelto en escándalos sexuales, que ha perdido su inmunidad, que intenta acusar a periodistas y fiscales que sólo hacen su trabajo y se niegan a dejarse atemorizar. (…) Los jefes de Estado y de Gobierno del mundo deberían comenzar a distanciarse de una persona así.”
Autor: PK/dpa
Editor: José Ospina