Muchos intereses tras las barbas de Alá
8 de febrero de 2006Le Canard enchainé, de París: "Seis muertos en nombre del Profeta. Seis muertos especialmente en nombre de todos aquellos que se ocultan tras sus barbas. Mahoma debe tener una barba muy abundante, si se toma en cuenta a todos los cohortes e intereses que se acomodan en ella. Entre ellos muchos Estados, desde Egipto hasta el Golfo Pérsico, los primeros en echar leña al fuego para demostrar que son más musulmanes que sus mismos islamistas radicales. Más allá de esta mojigatería práctica y religiosidad pragmática se puede escuchar todo tipo de tesis y antítesis.
Se escucha a aquellos musulmanes que con derecho protestan en contra de igualar al Islam con el terrorismo pera a la vez exhortan al asesinato y la violencia como respuesta a esta afrenta. Otros critican la ofensa al Islam, pero se olvidan de las innumerables caricaturas antisemitas en sus propias filas. Y no olvidar a aquellos que ni se ven ni se escuchan, pero que -lo mismo que el radical de derecha Jean-Marie Le Pen- se alegran y hacen ya el recuento de votos que les traerá esta crisis. En resumen: Alá es grande y Mahoma beneficia a todos.
Importante diferenciar
Der Standard, de Viena: "Sería una equivocación informar sobre estas manifestaciones violentas en el Cercano Oriente como expresión de ira de "los musulmanes" apoyada por todos "los musulmanes". (…) No fue la comunicad musulmana en Dinamarca la que puso a rodar la avalancha, sino islamistas radicales. Si uno lee los comentarios de la prensa musulmana se dará cuenta de que la imagen resulta mucho más heterogénea de lo que pretenden hacer creer partidos de extrema derecha europeos o los islamistas radicales. Lo que queda es el desafío, evidenciado nuevamente por el pleito desatado por estas caricaturas, de darle forma a la convivencia pacífica entre musulmanes y no musulmanes.
Como anillo al dedo
Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Berlín: "Las manifestaciones son organizadas. El conflicto desatado por las caricaturas de Mahoma no podía llegar en mejor momento para el régimen iraní. Distrae y les abre a la vez un segundo frente en el contencioso sobre su controvertido programa nuclear. La agitación antidanesa y las protestas y manifestaciones en todo el mundo musulmán, les otorga un respiro a nivel interno y legitimidad en el exterior, el liderazgo en la guerra contra Occidente. El boicot estatal contra mercancías danesas representa una escalada, no porque el intercambio comercial entre Irán y Dinamarca sea importante, sino porque Irán envía una señal de intimidación en dirección de la Unión Europea que dice: `Así le va a aquellos que hacen cosas que nos molestan´".