Mugabe negocia su salida con militares tras 37 años al mando
16 de noviembre de 2017Aunque el diario estatal The Herald publicó fotos de Mugabe y el jefe del Ejército, Constantine Chiwenga, ambos sonrientes durante su encuentro en el palacio presidencial, otros apuntan a que el presidente, de 93 años de edad, se resiste a ceder. La incertidumbre en Zimbabue es máxima, pese a que las calles de la capital, Harare, amanecieron con aparente normalidad, y los rumores se extienden.
En este sentido, unos aseguran que el destituido vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, volverá al país para encabezar un Gobierno transitorio de concentración, mientras que otros indican que Mugabe se quedará hasta el congreso de su partido, en diciembre, o hasta las elecciones de 2018.
El "déspota de Harare” busca una salida para la primera dama, Grace Mugabe, a la que los expertos apuntan como responsable de la expulsión del vicepresidente para allanar su camino para convertirse en la sucesora de su marido en el poder. Las Fuerzas Armadas, que controlan el país ahora, no han hecho más anuncios que el de la madrugada de ayer, y no hay ni rastro del Gobierno.
No se sabe nada de Mnangagwa
Los principales líderes opositores coinciden en exigir la dimisión de Mugabe y la apertura de un diálogo nacional en el que todas las partes colaboren para llevar a cabo una transición hacia una democracia plena.
La exvicepresidenta Joice Mujuru, que fue expulsada del Gobierno en 2014 por "conspirar" contra Mugabe, su viejo aliado y compañero de filas durante la guerra de independencia, confirmó que se presentará a las elecciones del año que viene con la opositora Coalición Popular Arcoiris (PRC) para "reconstruir Zimbabue".
Por su parte, Morgan Tsvangirai, líder del principal partido de la oposición, Movimiento por el Cambio Democrático (MDC-T), pidió la "dimisión inmediata" del presidente y negó cualquier negociación para formar un Gobierno post-Mugabe, a pesar de que el secretario general de su partido lo había avanzado horas antes.
No es la primera vez que se vincula a Tsvangirai con un pacto con Mnangagwa contra Mugabe, una teoría que data de 2003, aunque en esa ocasión el Ejército no intervino contra el mandatario.
Las próximas horas o días se antojan clave en el futuro de Zimbabue, ya que una dimisión voluntaria de Mugabe -probablemente a cambio de inmunidad- facilitaría la reclamada transición y evitaría problemas con una comunidad internacional que pocas veces ha salido en rescate de aquel a quien consideran un "dictador".
JOV (efe, spiegel)