Mundo marino: aprendiendo a sobrevivir
Cada año, crías de mamíferos marinos quedan huérfanas. La mayoría no tiene posibilidades de sobrevivir. En algunos casos, los ecologistas las rescatan y las liberan cuando son capaces de valerse por sí mismas.
Sin una mamá
Cada año, más de 200 elefantes marinos que han sido separados de sus madres son rescatados por “The Marine Mammal Center”, un hospital para animales marinos en Sausalito, Estados Unidos. Lesionados, enfermos y muy pequeños para su edad, la mayoría de los pequeños no tendría ninguna posibilidad de sobrevivir sin la ayuda humana.
Licuados de pescado
La mayoría de los cachorros son muy chicos para saber qué es un pez y qué hacer con él. En vez de recibir un pez entero, ellos toman un “licuado de pescado”. Los voluntarios trituran los arenques y luego le agregan agua y aceite de salmón. Finalmente, esta mezcla es colocada en enormes jeringas de plástico para poder alimentar a las crías.
Alimentándose a través de una sonda
Mientras un voluntario sujeta la cabeza del animal, otro introduce un tubo de plástica al estómago de la cría. El licuado de pescado es introducido directamente al sistema digestivo. Este procedimiento es conocido como alimentación por sonda, y es utilizado para asegurarse de que la cría reciba la cantidad necesaria de calorías para poder crecer sana y fuerte.
En la escuela
Los elefantes marinos tienen que aprender a comer un pescado entero para que puedan sobrevivir en su hábitat natural. En “The Marine Mammal Center”, al principio, los voluntarios colocan un pez en la boca del animal y se lo hacen tragar. Luego, ellos mismos comienzan a alimentarse de forma voluntaria.
En libertad
Cuando las crías están lo suficientemente grandes y saludables son liberadas en su hábitat natural. A diferencia de los lobos marinos, los elefantes marinos no se apegan a los humanos. Una vez que son puestos en libertad, nadan mar adentro hacia el Océano Pacífico, cruzando Alaska y las islas Aleutianas.
Es difícil ser una nutria marina
Mientras que las crías de los leones marinos suelen ser rápidos para aprender a alimentarse por sí mismos, otras especies tardan más, como es el caso de la nutria marina. Ellas comen almejas, mejillones y otros alimentos que se encuentran en el mar. Por lo general, sus madres les enseñan a bucear, a encontrar y a recoger sus alimentos, así como a abrir los mariscos.
Una pequeña nutria marina
El acuario de la bahía de Monterey en California rescata a estos cachorros que son encontrados a lo largo de la costa. Ya que las nutrias marinas tienen dientes filosos y garras, los empleados tienen que utilizar guantes mientras que tratan a este pequeño mamífero.
Dando el biberón
Cuando las nutrias marinas huérfanas llegan al acuario, los voluntarios las alimentan con un biberón con leche especial. Luego de un tiempo, comienzan a comer sólidos, es decir, lo mismo que comerían en el océano: almejas, calamares y camarones, entre otros.
Usando un "disfraz"
Al igual que los leones marinos, las nutrias marinas pueden apegarse fácilmente a los humanos. Es por eso que los voluntarios utilizan un “disfraz” cuando están junto a estas criaturas. Los cachorros no ven el rostro del humano y los cuidadores no los pueden acariciar por más de que sean muy tiernos.
Una mamá sustituta
Debido a que las nutrias marinas son las únicas que le pueden enseñar a sus crías a sobrevivir, el acuario inició el programa de mamá sustituta. Las nutrias marinas adultas son ubicadas junto a los huérfanos. Las hembras cuidan a los cachorros y les enseñan todo lo que necesitan saber para poder sobrevivir. Sorprendentemente, funciona, a pesar de que no sean sus hijos biológicos.
De regreso a su hábitat natural
Cuando el cachorro es lo suficientemente fuerte y cuando ya ha aprendido todo lo necesario, es liberado en la costa californiana. Algunas nutrias marinas no pueden adaptarse y tienen que volver a ser rescatadas. Pero la mayoría vive una buena vida en su hábitat natural.