“Murió un grande de la historia”
10 de diciembre de 2013¡Murió un grande de la historia! Sin lugar a dudas, el mundo ha perdido la figura cumbre y más emblemática de las luchas libertarias más aguerridas, titánicas, prolongadas, sangrientas y representativas de los últimos 100 años de la historia humana: Nelson Mandela. Me enorgullece mucho que durante mis años como dirigente del Comité Dominicano de los Derechos Humanos me pronuncié en innúmeras ocasiones contra ese sistema de segregación racial: la más oprobiosa y desbordante manifestación de odio racial que encamina al hombre a sus niveles más bajos de animalidad, negación de su propia condición genérica. La más bella y contundente lección dejada a la humanidad por Nelson Mandela es: todos debemos aprender a perdonar aún a nuestros más crueles opresores. No hay lucha que se haga poniendo todos los esfuerzos, energía y decisión, que nace de lo profundo de nuestro ser, que a la larga no se corone con el triunfo.
Federico Mejía Sarmiento, República Dominicana
Con la partida de Nelson Mandela su obra será analizada por estudiosos y se podrá conocer cómo se fueron produciendo cambios en su imagen, así como en la aplicación de técnicas políticas de su parte. Al recuperar la libertad, Mandela se encontró con un mundo distante de aquellos años en que aceptaba la ayuda de Fidel Castro con el aporte de una gran cantidad de jóvenes de países caribeños y de América del Sur que no sabían ni el motivo por el cual eran enviados a Sudáfrica y menos aún el significado de la palabra apartheid. En los últimos años de su vida, y aún manteniendo contactos con muchos líderes políticos del mundo, Mandela decía que tenía a sus dos mejores amigos en América Latina: Fidel Castro y el expresidente de Brasil Ignacio Lula Da Silva, que con un estilo completamente distinto le enseñó cómo se debe hacer hoy política para defender los derechos de los mas débiles. Visitó Argentina en el año de 1998 en una Cumbre del Mercosur que se hizo en Ushuaia, Tierra del Fuego, y luego viajó a Buenos Aires donde realizó grandes reuniones con distintas agrupaciones políticas y organizaciones no gubernamentales.
Grace Martin Stienne, Argentina
La Séptima Sinfonía de Beethoven cumple 200
Me encanta la quinta sinfonía de Beethoven, la encuentro perfecta. La fuerza y belleza de la novena son innegables, y por supuesto la séptima sinfonía me refresca el alma. Pero, personalmente, la sexta sinfonía o Pastoral es mi preferida. En Chile se le dice coloquialmente "Mi regalona".
Christian Angel, Chile
Asamblea Nacional francesa aprueba ley de prostitución que castiga al cliente
La posición francesa es demasiado exagerada y no va a detener la prostitución, sino que la hará clandestina y más peligrosa tanto para las prostitutas, al no tener protección legal, como para los clientes, por la mayor difusión de enfermedades venéreas como el Sida. Además está la posible corrupción de las autoridades encargadas del control, ya que éstas solicitarán dinero a los clientes para no denunciarlos, porque hay bastantes euros de por medio. No existe la solución perfecta, lo conveniente es la solución menos mala y ésta es el control del ejercicio de la prostitución por las autoridades, así como ofrecer protección a las personas que deseen abandonar la profesión.
Juan Manuel Noriega Coronado, Perú
Corrupción en Alemania: "Sólo vemos la punta del iceberg"
La percepción de la corrupción es un indicador corrupto en sí mismo. La percepción no indica el grado de corrupción. España, por ejemplo, era hace diez años más corrupta que ahora, sin embargo, la percepción de corrupción en esas fechas era menor que la actual. La corrupción realizada por altos cargos es muy difícil de detectar. Luego está cómo los ciudadanos adquieren la percepción de la corrupción. La crisis financiera, por ejemplo, no se asocia con corrupción, y los países que más han especulado aparecen como los menos corruptos. Los estándares mediáticos asociados al criterio de corrupción moldean la percepción en los países desarrollados, mientras que en los países pobres no existen tales estándares. También hay que tener en cuenta el aspecto cuantitativo de la corrupción, que la percepción de la misma por ser un indicador subjetivo no lo refleja. Un país africano, por ejemplo, puede aparecer como un país muy corrupto, pero el valor económico de la corrupción en un país desarrollado puede superar incluso el PIB del país africano en cuestión. El índice de percepción de la corrupción y la propia organización que lo realiza son un instrumento de propaganda para denostar a los países en desarrollo y enaltecer la supuesta supremacía política y moral occidental.
Javier Colomo Ugarte, España
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