México, gran ganador
11 de julio de 2007Como todo torneo de relevancia internacional, la Copa América ha servido de escaparate para el despliegue de jugadores y la actividad frenética de promotores y directivos. El mercado futbolístico internacional se convierte, así, en un verdadero torneo paralelo en el que los goles significan millones de dólares o euros.
Esplendor azteca
A nadie puede sorprender que, en este marco, el argentino Carlos Tévez anuncie que se encuentra en negociaciones con el Manchester United. Si se produce, sería una de las transacciones más sonadas de los últimos años.
Pero la sorpresa la han dado los jugadores mexicanos que, a la luz de los éxitos de Rafael Márquez con el Barcelona, de Pavel Pardo y Ricardo Osorio en el VfB Stuttgart, o de Carlos Salcido en el PSV Eindhoven, parecen haber llegado para quedarse al circuito globalizado del balompié.
El primer gran rumor en torno de un seleccionado azteca gira en torno de Omar Bravo, delantero del Deportivo Guadalajara (Chivas). Se dijo que Bravo se convertiría en el tercer mexicano dentro del cuadro de Stuttgart, hecho que ya fue desmentido por el director deportivo del campeón alemán.
Pero al parecer, Bravo tendría aún la posibilidad de jugar en Hamburgo, equipo que habría manifestado interés y en el cual el delantero se encontraría con el argentino Juan Pablo Sorín.
Entre Holanda y España
El campanazo, sin embargo, lo dio Andrés Guardado. A sus 20 años de edad, el lateral izquierdo despertó interés primero en el PSV Eindhoven y, más subrepticiamente, en el Deportivo La Coruña, cuadro que cerró la operación y pagó entre seis y siete millones de euros por los servicios de Guardado, en un contrato de dos años.
Ningún otro jugador mexicano había sido cotizado tan alto en el mercado internacional. Y ciertamente, el precio llama la atención; baste como referencia que la temporada anterior, el delantero alemán Lukas Podolski fue adquirido por el Bayern München en 10 millones de euros.
Otro indicador más: el valor de mercado de Andrés Guardado se ubicó con este traspaso muy cerca de los ocho millones de euros que valdría en estos momentos el de Pavel Pardo, que tiene diez años más que Guardado y contrato con Stuttgart hasta 2009.
¿Y Nery?
Podría haber, sin embargo, una sorpresa azteca más contundente al finalizar la Copa América. La sensación del cuadro azteca ha sido Nery Castillo, ofensivo del Olympiakos de Pireo que ya se encuentra cotizado en cerca de tres millones de euros.
Si las lesiones -y la selección de Argentina- no le impiden seguir brillando, Castillo podría despertar interés en otros equipos europeos. El problema es que tiene contrato con el equipo griego hasta 2010.
Las noticias en torno de los jugadores aztecas tienen otro aspecto de fondo: la participación de los actuales futbolistas que juegan en la liga europea como valiosos contactos y consejeros. En el caso de Guardado, aceptó que Rafael Márquez fue una pieza fundamental en su decisión de ir a La Coruña.
Omar Bravo, por su parte, ha dicho que su intención de venir a la Bundesliga se basa en parte en las pláticas que ha sostenido con Pardo y Ricardo Osorio.
Revolución silenciosa
Esto, que es natural en países exportadores de futbolistas como Argentina, resulta una auténtica revolución silenciosa en el balompié mexicano, donde los altos sueldos y una concepción localista del mercado mantenían a los futbolistas en el país.
En adelante muchas cosas cambiarán, y en aspectos importantes la Copa América marcará el antes y el después del fútbol mexicano. Las repercusiones serán profundas.
La valorización del futbolista mexicano en los circuitos internacionales dará mayor poder y autonomía a los jugadores respecto de dueños y federativos. Todo aquel que conozca el fútbol mexicano, sabrá de qué tamaño es este posible cambio.