Nace Agencia Internacional de Energías Renovables
26 de enero de 2009El tiempo apremia. Hay que reducir la dependencia de las energías convencionales y hay que hacerlo a la mayor brevedad. Ese es el mensaje que lanzan al mundo los países firmantes del tratado de constitución de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por las siglas en inglés), que echó a andar hoy (26.01.2009) en la ciudad alemana de Bonn.
El mercado de las energías renovables ha alcanzado ya enormes dimensiones: según datos de la ONU, entre 2004 y 2007 las inversiones en el sector se han duplicado, alcanzando a 100 mil millones de dólares.
De momento, medio centenar de gobiernos han suscrito la iniciativa. Entre ellos, los de los países que lideran el proyecto: Alemania, España y Dinamarca. Todavía faltan, por ejemplo, Rusia, Japón, China, Brasil y Estados Unidos.
Todos ellos grandes potencias o países emergentes de cuya contribución puede depender en buena parte el éxito o el fracaso de IRENA. El objetivo, sin embargo, es que se integren en breve. No en vano, gran parte de las esperanzas están puestas en la nueva administración estadounidense. El reciente mensaje de Barack Obama respecto a la necesidad de impulsar las energías renovables parece abrir la puerta a un inminente ingreso de su país en el proyecto.
Obstáculos que derribar
De lo que no cabe duda es que el camino que IRENA acaba de emprender no será fácil. Así se encargó de remarcarlo en el discurso inaugural de la conferencia fundacional el ministro de Medio Ambiente alemán, Sigmar Gabriel. La principal dificultad reside en reducir el peso de las subvenciones que aún hoy se siguen concediendo en todo el mundo para el fomento de las energías convencionales, como el petróleo, el gas o el carbón. Se calcula que las ayudas a las energías de origen fósil suman alrededor de 240.000 millones de dólares, mientras que sólo 20.000 millones se destinan a la promoción de las energías renovables.
Algo que, según Gabriel, "debe ser desmontado paso a paso". El titular de Medio Ambiente alemán puso cifras a los objetivos de IRENA. El peso de las energías sostenibles, como la eólica, la solar y la hidráulica, debería ser de un 20 por ciento del total de aquí a 2020. La nueva agencia velará por conseguirlo proporcionando asesoramiento tecnológico y de financiación a los países miembros, y ejerciendo de "portavoz" para el fomento de las energías renovables.
No sólo una cuestión medioambiental
Uno de los argumentos de IRENA para tratar de incorporar el máximo número de países al proyecto tiene que ver con el potencial económico de las tecnologías relacionadas con las energías renovables. No sólo se trata de proteger el medio ambiente renunciando a las energías convencionales. Ni siquiera del hecho de que las fuentes de energía fósiles se vayan a extinguir en cuestión de décadas. La tecnología necesaria para impulsar las nuevas fuentes energéticas supone una oportunidad de crecimiento y creación de riqueza y empleo.
IRENA también dedicará una atención especial a los países en vías de desarrollo, para los cuales la introducción de tecnologías modernas resulta casi imposible. Para ellos, la Agencia será una plataforma a través de la cual hacer realidad proyectos que de otra manera resultarían casi impensables. Se habla, por ejemplo, del aprovechamiento del sol del desierto del Sahara para generar energía. Un proyecto de futuro, como al futuro pertenece también la designación de la sede de IRENA. Será en junio, y aunque existen diversas opciones, todo parece indicar que Bonn será la elegida.