Ni la gripe, ni el frio lograrán parar la fiesta
11 de noviembre de 2009
En 1823 se fundó en Colonia el "Consejo del Once", comité cuya misión era revitalizar un carnaval que ya tenía siglos de historia. La fiesta y la tradición han perdurado hasta hoy. Hemos asistido a esta celebración tan simbólica y a continuación ofrecemos algunas imágenes de la primera jornada carnavalesca de la temporada.
Según DPA, más de 10.000 carnavaleros han acudido a la cita desafiando al día gris, al frio casi invernal y a la amenaza de gripe porcina.
Como cada año, el evento estuvo amenizado por música en directo.
Los coloneses reciben siempre el carnaval con la mejor de sus sonrisas. No es para menos, comienza una época de festejos.
Hoy los carnavaleros sustituyen el café del desayuno por la cerveza. Desde que amanece y hasta el anochecer, la bebida nacional alemana por excelencia acompaña a los fiesteros durante toda la celebración. Las clásicas salchichas tampoco faltan a la cita con el delirio.
Prohibido venir sin disfraz. Eso y las ganas de pasarlo bien son los dos únicos requisitos para venir a esta fiesta donde no existe el derecho de admisión.
El número 11 es para los coloneses el número de la locura. Además, simboliza la unidad en el carnaval. Un uno al lado de otro como símbolo de igualdad entre todos los carnavaleros.
El número 11 es, por otra parte, un número mágico en Colonia. El escudo de armas de la ciudad muestra 11 llamas.
Además, la cifra tiene un significado político porque “once” en alemán se dice “ELF”, palabra cuyas 3 letras coinciden con las iniciales de las palabras francesas: igualdad, libertad y fraternidad (Egalité, Liberte y Fraternité).
Aunque toda la ciudad está de fiesta, la celebración principal es organizada por la compañía de Willy Ostermann. En la fiesta se estrenan las nuevas canciones carnavaleras.
El “Consejo del 11” está compuesto por una junta directiva de 11 miembros, incluído el presidente. Él es el encargado de dar inicio a la fiesta carnavalera, que después descansará hasta el 1 de enero.
La fiesta se traslada a todas las calles de Colonia. Imposible es en este día encontrar un lugar silencioso y tranquilo en la ciudad.
El punto de encuentro de los carnavaleros es la estación principal de trenes, ya que no sólo los coloneses son adictos a esta fiesta. El carnaval recibe visitantes tanto de otras muchas partes de Alemania, como de los países vecinos: Bélgica, Holanda y Luxemburgo.
Alegría multicolor. Fantasía y teatro. Imaginación e ilusión. Felices carnavales.
Autora: Ana Sánchez Granado
Editora: Claudia Herrera-Pahl