"No debemos dejar de lado el horizonte"
10 de mayo de 2008A una semana de la realización en el Perú de la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, numerosos países han confirmado su participación en el evento. Que esta edición de la Cumbre cuente con una mayor asistencia que las anteriores habla del creciente interés en estas relaciones intercontinentales.
En este marco, el foro de debate y seguimiento del proceso de asociación entre la UE y Latinoamérica (el Parlamento Euro-Latinoamericano, EUROLAT) emitió a comienzos de mayo recomendaciones hacia la Cumbre. DW-WORLD conversó al respecto con Wilber Bendezú, político del APRA -partido de centro izquierda actualmente en el gobierno- y vicepresidente del Parlamento Andino, órgano de la Comunidad Andina.
El intercambio entre Perú, en el seno de la Comunidad Andina, con la Unión Europea es, para el país, el segundo en importancia después de Estados Unidos. Las relaciones comerciales han crecido paulatinamente durante las últimas dos décadas, representando alrededor de un 15% del volumen de exportación. Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú se encuentran en la tercera ronda de negociaciones para lograr un acuerdo de asociación. La visita de la canciller alemana, Angela Merkel, se entiende en ese contexto; de una expectativa o de una relación especial con Berlín no podría hablarse.
¿Cómo evalúa usted este trabajo previo a la V Cumbre entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe? Visto desde fuera, tanto las reuniones previas como la Cumbre misma se perciben bastante difusas…
Vemos con mucho entusiasmo estas reuniones. En la reunión previa de parlamentarios –que
por primera vez se realiza en América Latina- participaron 120 congresistas de Europa y 60 de América Latina. Es ésta la asamblea, el Eurolat, lo que ha permitido que los parlamentarios latinoamericanos estemos, por primera vez, como un bloque. Está el Parlamento Andino, el Parlamento Latinoamericano, está MERCOSUR que se ha incorporado a esta organización…
Esto va a permitir que en el futuro los latinoamericanos vayamos fortaleciendo nuestro grupo y nuestra propuesta. Y está claro, nuestras expectativas son muchísimas, porque la Comunidad Andina como bloque está negociando un acuerdo de asociación con la Unión Europea.
¿Considera usted verdaderamente ventajoso un acuerdo de asociación con la Unión Europea?
Sí, pues es una asociación de libre comercio que va a permitir el intercambio de productos, pero también de otro tipo de aspectos. Creo que el gran mercado de Europa, para nuestros países, es de suma importancia. No se olvide que esos más 400 millones o más de europeos constituyen una gran posibilidad de conseguir un nuevo mercado. Al mismo tiempo de atraer de allí capitales e inversiones. Eso es fundamental, no puede haber desarrollo en nuestros países si no vienen inversiones, para crear más trabajo.
Del Eurolat, como asamblea consultiva, se emitió la recomendación y la esperanza de que la Unión Europea aporte a finalizar con éxito las negociaciones de la Ronda de Doha para liberar el comercio a nivel internacional. ¿Cuánto éxito le augura usted a esta iniciativa?
Efectivamente, hemos trabajado en esa recomendación. Ojalá poco a poco en el futuro los subsidios se vayan eliminando en los países desarrollados. No es sólo Europa, lo es también Estados Unidos. Avanzar básicamente pasa por ir eliminando paulatinamente los subsidios.
Precisamente por eso, nosotros creemos en la negociación de bloque a bloque, creemos en una negociación de la comunidad andina con la Unión Europea, o de Mercosur con la Unión Europea. Ojalá nuestra negociación hubiese sido con UNASUR –la Unión de Naciones Suramericanas que pretende un acuerdo energético; eso hubiese sido el ideal. Sin embargo, por lo pronto, podemos darnos por satisfechos de saber que la UE negocia con la Comunidad Andina o con MERCOSUR.
En ese sentido creo que el ejemplo de Europa es digno de seguir, pues más allá de lo que pueda suceder todavía ha logrado fortalecerse como una comunidad sólida, con una moneda hoy por encima del dólar. Creo que nos sirve a los latinoamericanos de muestra de un camino que debemos recorrer.
¿Lo cree posible?
Sí, no hay otro camino para el desarrollo ni para el progreso, sino es a través de la integración. Nosotros trabajamos desde hace muchísimos años por este concepto. Por eso Europa para nosotros es un ejemplo a imitar.
Teniendo en cuenta el reciente conflicto entre Ecuador, Colombia y Venezuela, ¿cree usted que cabe esperar la integración con tensiones latentes de ese calibre?
El proceso de integración no es una cosa que se pueda lograr de la noche a la mañana tampoco. Para que Europa esté unida hoy, han pasado guerras, confrontaciones, muerte, xenofobia. El largo camino de la unión en Europa tampoco no ha sido tampoco algo fácil. Y es obvio que en América Latina también tengamos ese tipo de coyunturas. Lo que no debemos nunca dejar de lado es el horizonte. En eso los que trabajamos por la integración tenemos muy clara la ruta.
Es penoso lo que ha pasado en Ecuador y es penoso que Venezuela se esté entrometiendo en algo que no le compete, pero estamos seguros que ambos gobiernos encontrarán el camino hacia la paz. Lo más importante es que incluso hoy, que los países se encuentran en “conflicto” se mantienen dentro de la Comunidad Andina.
En cuanto a la agenda de Lima –entre las medidas para la erradicación de la pobreza y la exclusión- ustedes apuestan por crear un diálogo sobre migración y protección de los trabajadores migrantes. ¿Qué hay detrás de esta recomendación?
Obviamente la migración es un tema central para nosotros, y me voy a referir ahora exclusivamente a la Comunidad Andina. Aproximadamente hay 10 millones de migrantes de de esta región que están dispersos entre Europa y Estados Unidos. La presencia de ellos en esos países representa remesas. Lo que ellos envían a los países de la Comunidad Andina, incluyendo a Chile como país asociado, asciende a 12.500 millones de dólares; sólo al Perú llegan 3500 millones de dólares anuales.
Aparte de que esto constituye una parte importante de la economía de nuestros países, nos preocupa también la situación de estos conciudadanos en esos países. Nos han alarmado las recientes declaraciones del jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Cuando asumió su segundo mandato aseveró que migrantes serán para ellos sólo los que tengan trabajo y están legalmente en España. Debido que esta postura podría extrapolarse a toda la Unión Europa, el tema nos preocupa y pretendemos que el asunto de los ilegales sea tratado en la cumbre bajo la rúbrica de exclusión.