“No habrá a corto plazo legislación sobre fútbol ”: Ignasi Guardans
12 de septiembre de 2007No solamente las seis federaciones deportivas más importantes de Europa manifiestan reservas respecto del Libro blanco sobre el deporte en europa, documento que marcaría una etapa decisiva dentro de la discusión sobre el modelo deportivo a seguir en el continente.
También dentro del Parlamento Europeo hay opiniones claras sobre los alcances de las reformas a la actividad deportiva, incluyendo al fútbol, en el Viejo Continente. DW WORLD habló sobre este tema con el eurodiputado Ignasi Guardans, de Convergència i Unió.
¿Cuál es la relevancia del llamado Libro Blanco que fue presentado hace unas semanas en Bruselas? ¿Qué innovaciones implica respecto del Independent Sport Review y el Informe sobre el futuro del fútbol profesional en Europa?
El Libro Blanco es importante en la medida en que refleja cómo ve la Comisón Europea el fútbol, y el deporte en general. Es pues importante en términos políticos, como elemento de primer orden en el debate. Pero su incidencia es más limitada si se recuerda que las competencias de la Comisión, y de la UE como tal, en esta cuestión son limitadísimas. Y aún no se sabe si se ampliarán con el nuevo Tratado de Reforma (como habría ocurrido con la ya muerta Constitución). De ahí que sea importante no sacar las cosas de quicio. No hay, ni habrá a corto o medio plazo, legislación europea sobre el fútbol, ni la posibilidad de establecerla.
Muchas de las visiones reflejadas en estos documentos chocan con fuertes intereses del mercado y el sistema futbolístico (clubes, televisoras). ¿Qué puede hacer una institución como el Parlamento Europeo para superar la inercia de intereses tan poderosos en el fútbol? ¿Se trata solamente de una iniciativa quijotesca?
Los intereseses en juego son muy altos, pero hay también grandes dosis de hipocresía en la sociedad y en algunos creadores de opinión. El fútbol profesional es espectáculo, y es inseparable de la realidad cultural, audiovisual y del show business de hoy en muchos otros campos. No tendría sentido interferir en ello más de lo indispensable, ni pretender diseñar desde el Parlamento Europeo o desde cualquier otra institución pública un sector del ocio contemporáneo a partir de prejuicios igualitarios o igualitaristas que no se aplican ni en cine, ni en música, ni en los demás sectores del ocio.
Organismos como la UEFA recibieron con escepticismo en Libro Blanco. ¿Propiciará el Parlamento Europeo un mayor consenso en cuanto a este tema? ¿Cómo?
El Parlamento puede seguir haciendo de altavoz sobre la complejidad de todo ello, y lo absurdo de tratar todo el deporte con el mismo rasero, sin entender las particularidades de algunos ámbitos, como es el caso del fútbol profesional.
Se ha hablado mucho sobre la influencia de los lobbies; por ejemplo, el del Real Madrid, en la elaboración de estos documentos, a los cuales se acusa de haber sido atenuados en sus ediciones finales para no afectar intereses económicos. ¿Qué tanto hay de mito y qué tanto de realidad en cuanto a la acción de los cabilderos? ¿Es vulnerable la investidura de los parlamentarios europeos ante la influencia de clubes poderosos?
Los parlamentarios, en este y en cualquier otro asunto sometido a su votación, tienen el derecho, y el deber, de escuchar a su votantes y a aquellos cuyos intereses legítimos se verán afectados por sus decisiones. Y luego, deberán decidir, sin presión, reformando lo que haya que reformar, pero sin actuar nunca como si vivieran fuera de la sociedad sobre la que deciden.
Finalmente, ¿cuál es, desde su punto de vista, la perspectiva ahora? ¿Qué sigue después del Libro Blanco, y cuándo podrían comenzar a verse algunos resultados concretos de tales propuestas?
Insisto en lo que he dicho: las propuestas sólo tendrán efecto si se reciben voluntariamente y positivamente por la mayoría de los afectados. Desde el enfrentamiento, o desde el simplismo ideológico, quien más tiene que perder es la Comisión Europea y su autoridad, pues carece por el momento de todo instrumento para imponer jurídicamente cualquier decisión de una mínima entidad en esta materia, que está todavía en poder de los Estados Miembros.