Religión
No hay cielo sin infierno
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Reina una oscuridad impenetrable. Por varias puertas entran 50 figuras con vestiduras largas y oscuras, que se colocan de manera simétrica en la balaustrada de la sala oval. Una luz azulada atenúa los rostros pintados de blanco, que comienzan a cantar música de Bach. Poco después aparece en el escenario elíptico un imponente personaje en túnica negra y la característica boina de Martín Lutero. Con voz estentórea cita textos del Apocalipsis. Nos encontramos en la producción teatral "Luther dancing with the gods”.