"No nos convertimos en puritanos por ser más respetuosos"
21 de junio de 2018DW: Señor Khuon, los miembros de Deutscher Bühnenverein aprobaron un código de valores para la prevención de abusos sexuales. ¿Por qué era necesaria esta resolución?
Ulrich Khuon: Desde hace cinco o seis años que discutimos sobre cómo dirigir una compañía. A partir de estas discusiones es que algunos teatros empezaron a ofrecer formaciones para los distintos rangos de dirección. Porque conducir y dirigir a un grupo de personas es algo que se puede aprender.
¿Y entonces vino el debate #MeToo?
Sí. Pero este debate se lleva a cabo sobre todo en terreno invisible. Es por eso que queremos formular claramente nuestra propia conducta y todo aquello que debería ser un sobreentendido, como: respeto, hablar sobre conflictos, actuar de manera transparente. No podemos disculpar más los chistes sexistas o ciertos gestos diciendo: „en el arte es así".
¿De cuántos casos de abuso sexual en teatros alemanes sabe Usted?
Las cifras no son reportadas a Deutscher Bühnenverein. En mi teatro sé de tres o cuatro casos en los últimos nueve años, sobre los que hemos trabajado. Hay que negociar estos casos, no se trata enseguida de despidos. Es un trabajo permanente, porque el trato con sexualidad es un planteamiento social, que cambia constantemente.
El código debe contribuir a impedir „abusos de forma gestual, verbal y física". ¿Es entonces una recomendación o una obligación a seguir?
La Bühnenverein no es un órgano de vigilancia. Le dimos a los teatros un catálogo, con el cual cada teatro trabajará a su manera, lo discutirá y pensará cómo llevarlo a la práctica.
¿Cómo definir en el teatro los límites entre arte y abuso?
El límite lo marca la voluntariedad. Si Werner Herzog va a la selva con Klaus Kinski, ambos lo hacen por propia voluntad – aunque probablemente sea un infierno. Sólo se me ocurren ejemplos históricos, com o"Apocalypse Now" o Marlon Brando en „El último tango en París". En el arte siempre se traspasan fronteras. Si ensayo „Otelo", que trata de celos, crimen y asesinato, tengo que necesariamente tocar al otro de manera profunda y hacer cosas que no serían permitidas fuera del ámbito de un ensayo.
¿Es el ensayo un lugar libre de tabúes?
No. Nuestros principios valen también durante los ensayo. Si alguien dice: „Hasta aquí y no más", ésto no debe causarle ningún perjuicio, incluso si abandona la producción. Pero también hay artistas que buscan justamente este tipo de experiencias especiales, por ejemplo al trabajar con el director Frank Castorf.
Pero también quien busca un desafío artístico y acepta las provocaciones como parte del proceso, puede sentir que trasciende su límite personal. ¿Existe una presión individual y colectiva en el elenco de aguntar lo que sea? Porque, quien abandone una producción de Castorf queda marcado a fuego.
Por lo general uno sabe lo que lo espera cuando va a trabajar con determinadas compañías. Lo que hace tan difícil y a la vez interesante a nuestra sociedad son las permanentes contradicciones. Tenemos que trabajar para que las diferencias no sean percibidas como problema, sino como una cualidad. No debemos crear un espacio cultural homogéneo en el cual todos pensemos lo mismo.
Matthias Brenner, el director del Neues Theater en Halle, si bien apoya la discusión, dijo que no quiere tener que firmar una declaración legal cada vez que una mujer con faldas cortas suba al escenario. ¿Teme Usted que ahora se desate una discuión sobre una intromisión en la libertad artística?
Pienso que los temores son exagerados. Aquí en este teatro a la gente le gusta abrazarse cuando se ven. Por lo general sabemos qué quiere el otro y hasta donde podemos ir. Se trata de ser un poco más sensibles. No caemos en el puritanismo o en un entorno de censura, simplemente por ser más respetuosos.
¿A quién se pueden dirigir las víctimas de abusos?
Cuando surgió el debate yo mismo dije: Pero si tenemos diversos instrumentos y portavoces en los elencos para ello. Ahora lo veo de modo más diferenciada. No incentivamos a la genta a usar esos instrumentos. Ahora existe una recién fundada oficina contra el acoso sexual y la violencia. Artistas y colaboradores de cince, TV y teatro encuentran allí apoxo.
¿Si ocurre un cambio cultural tras bambalinas, incidirá esto también en las puestas en escena?
Espero que en nuestro trabajo artístico conservemos los abismos y el caos y que sigamos siendo tan libres como sea posible. Los ensayos no tienen que ser siempre terribles, para lograr buenos resultados. Pero hay puestas en escena que son como escalar una montaña: en el camino a la cima es muy frío y solitario. Todo esto tiene que ser posible. En la retrospectiva cada uno deberá evaluar si valió la pena trabajar con un director muy creativo, pero muy violento. Yo personalmente no creo en la fuerza de la destrucción.
Ulrich Khuon, de 67 años de edad, es presidente de Deutsches Bühnenverein y director del Deutsches Theater Berlín. La Bühnenverein es la federación de intereses y empleadores de teatros y orquestas.
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |