No sólo Dinamarca: uno de cada cinco países es una monarquía
6 de enero de 2024El próximo relevo generacional en una de las siete familias reales gobernantes de Europa es inminente. Después de Países Bajos (2013), Bélgica (2013), España (2014) y Gran Bretaña (2022), ahora le toca el turno a Dinamarca: la reina danesa Margarita II, de 83 años, dejará el trono el 14 de enero, exactamente 52 años después de su coronación, entregando el cetro a su hijo Frederik.
La familia real danesa sigue una tendencia. Excepto en Gran Bretaña, los monarcas ya no suelen morir en el cargo, sino que abdican, dejando espacio a sus hijos mientras aún están en vida. Frederik de Dinamarca tiene ya 55 años y se ha preparado durante toda su vida para un trabajo al que, según su biógrafo, hace tiempo que no aspira. "No quiero ser rey", dice que le gritó a su niñera. Sus días salvajes como rebelde "príncipe de la fiesta" quedaron atrás para Frederik. Tiene ya hijos herederos al trono que garantizan, junto al apoyo popular (según las encuestas, el 80 por ciento de los daneses está satisfecho con su forma de gobierno) la continuidad de la dinastía real más antigua de Europa.
Las otras monarquías nórdicas también parecen tener la continuidad asegurada con la princesa Victoria de Suecia y el príncipe Haakon de Noruega. Victoria está lista para suceder a su padre, Carlos XVI Gustavo de Suecia, que lleva 50 años en el trono. Haakon sucederá a su padre, el rey Harald V, de 86 años, que rara vez se prodiga en público debido a su mala salud.
Los monarcas europeos, casi sin poder político
Como jefes de Estado en democráticas monarquías parlamentarias, todas las reinas y reyes de Europa tienen únicamente funciones representativas y apenas cuentan con poder político. También en las casas reales de Luxemburgo y Liechtenstein. El príncipe Alberto, no obstante, tiene una posición relativamente fuerte en Mónaco. En Andorra, otro pequeño país entre Francia y España, dos copríncipes actúan como jefes de Estado. Uno es siempre el obispo español de Urgell; el otro, es siempre el presidente de Francia. Así que Emmanuel Macron es también actualmente príncipe de Andorra.
La única monarquía electiva en Europa en la que el trono no se hereda es El Vaticano. El papa Francisco no sólo es jefe de la Iglesia Católica, sino también gobernante absoluto del Estado más pequeño del mundo, la Ciudad del Vaticano.
La vida como una telenovela
"Creo que la mayoría de los ciudadanos de estados con un orden monárquico realmente disfrutan de su monarquía", dice la historiadora y experta en nobleza Monika Wienfort sobre el hecho de que en Europa todavía hay siete casas reales soberanas y cinco principados. En ningún país se están realizando esfuerzos serios para abolir esta forma de gobierno.
La monarquía sobrevivió en todas partes de Europa donde no hubo levantamientos revolucionarios burgueses, como los de Francia, Italia, Austria o Alemania. Dado que casi todas las familias reales están emparentadas entre sí y, sobre todo, con la nobleza alemana, en caso de tener que huir, siempre podrían mudarse con sus familiares, dice con una pequeña sonrisa Wienfort, profesora de Historia en la Universidad de Potsdam. .
Las familias reales viven de la tradición, de los chismes, de los escándalos y de una vida familiar feliz, que se muestra más o menos públicamente, a veces con pompa y a veces sin pompa. "Nuestras vidas son una gran telenovela", afirmó en una ocasión el actual rey Carlos III de Inglaterra acerca de su familia. Su padre definió a la familia Windsor como una empresa que tenía que producir bellas imágenes a cambio del dinero de los impuestos.
Una quinta parte de todos los estados son monarquías
El sistema monárquico rige el 22 por ciento de todos los países del mundo: 43 de los 194 estados reconocidos están representados por monarcas soberanos. Desde el Caribe hasta Europa, África, Medio Oriente y Asia, las monarquías se pueden encontrar en casi todas partes. Muchos se remontan al Imperio Británico. El rey inglés sigue siendo jefe de Estado en 14 países fuera de Europa, como Canadá o Australia.
Japón es el único imperio del mundo. El 'tenno', el emperador de Japón, tiene sin embargo un rol puramente ceremonial en la democracia japonesa. En cinco estados, el monarca, jeque o emir es gobernante absoluto sin control parlamentario ni judicial: en Brunéi, Omán, Qatar, Arabia Saudita, Eswatini (antes Suazilandia) y la ya citada Ciudad del Vaticano.
En algunos países, como Jordania o Marruecos, el rey tiene un poder político determinado por la Constitución. Malasia tiene la única monarquía electiva importante de Asia. Los sultanes de las nueve provincias eligen al rey de Malasia, actualmente Abduallah Shah. También en los Emiratos Árabes Unidos el cargo de jefe de Estado rota entre los emires, líderes autoritarios de sus respectivos principados.
Un tradicional buen trato en la prensa
A diferencia de Europa, en Oriente Medio no existe prensa sensacionalista que pueda difundir públicamente o incluso criticar los dramas de las monarquías. En Europa, en cambio, existe un gran interés por los chismes sobre la nobleza y los monarcas. Los más cotizados siguen siendo los de la familia real británica, incluso sin la reina, que gobernó durante 70 años y murió en 2022. El interés por todo lo que rodea a Carlos, Camilla, Guillermo, Enrique y sus familias disfuncionales es inninterrumpido. "La fascinación surge de lo espectacular de lo cotidiano", opina la historiadora y experta en nobleza Monika Wienfort. Los monarcas hacen cosas normales: se casan, crían hijos y mueren. Biografías completamente normales, pero que se desarrollan de forma representativa y lujosa, casi pomposa. Carruajes, uniformes, vestidos, castillos. Uno los sigue, incluso aunque no se incline ante la sangre azul.
Ser monarca también es un buen negocio, casi como en un cuento de hadas. El rey más rico del mundo, Rama X de Tailandia, tiene una fortuna de entre 30.000 y 43.000 millones de dólares, según estimaciones de revistas de negocios estadounidenses. El príncipe más rico de Europa es Adán II de Liechtenstein con alrededor de 3.500 millones de dólares. La fortuna privada del rey Carlos III de Gran Bretaña e Irlanda asciende a 1.800 millones de dólares. Margarita de Dinamarca entregará a su hijo unos escasos 30 millones de dólares de las arcas de la Corona el domingo de la semana próxima, probablemente suficiente para mantener una verdadera corte. El rey español, Felipe VI, tiene que conformarse con sólo 10 millones de dólares en activos, lo que le sitúa en el último lugar de Europa.
(lgc/dzc)