No sólo "Wagner": los ejércitos privados de Rusia en Ucrania
26 de junio de 2023Todas las "unidades de voluntarios" rusos que combaten en Ucrania deberán haber suscrito para el 1 de julio un acuerdo con su ministerio, según dictaminó el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, que justifica la medida alegando la voluntad de conceder a las tropas un "estatuto jurídico necesario".
El pasado 22 de junio, más de 20 de estas estructuras militares implicadas en la invasión a Ucrania ya lo habían hecho, aunque en el país existen más de 40 de este tipo, según detalló el viceministro de Defensa ruso, Nikolay Pankov, sin especificar a qué grupos se refería exactamente. Según el ministerio de Defensa, "el grupo de voluntarios" checheno "Achmat" fue el primero en firmar el convenio, algo que rechazó Yevgeny Prigozhin, fundador y jefe del grupo Wagner. El 24 de junio, en el contexto de una disputa con el ministro Shoigu, Prigozhin se rebeló con un motín contra la cúpula del ejército ruso aunque ordenó a sus tropas volver a las bases unas horas más tarde. Prigozhin había criticado con anterioridad la formación de "empresas militares privadas" en toda Rusia.
¿Quién es el grupo "Redut"?
La primera fuerza conocida que participó en la invasión rusa de Ucrania lleva de nombre "Redut", con 7.000 hombres, según Kiev. Estos mercenarios fueron los primeros en invadir Ucrania y participaron en combates cerca de Kiev y Járkov, dijo el portal ruso Meduza citando a varias fuentes.
La primera información sobre "Redut" apareció en el periódico ruso Nowaja Gaseta en 2019, dando a conocer detalles de esta fuerza militar privada. Según el periódico, "Redut" se formó en 2008, desplegándose en Siria para proteger las instalaciones de la empresa rusa Stroytransgaz, controlada por Gennady Timchenko, amigo del presidente ruso Vladimir Putin. Igor Girkin, también llamado Strelkov, y antiguo "ministro de Defensa" de la autoproclamada "República Popular de Donetsk", describió a Timchenko como la persona al frente de "Redut".
"Contrapeso" al ejército regular
Pavel Lusin, experto en política exterior y de defensa rusa, señala que, en el caso de "Redut", no se trata de una empresa militar privada, y la relaciona con el ministerio de Defensa. "Los mercenarios fueron utilizados originalmente por Rusia con tres fines principales: contrarrestar al ejército regular, poder operar al margen del sistema burocrático y de los procedimientos administrativos establecidos, y proteger a los dirigentes políticos y militares de toda responsabilidad", afirma Lusin.
"Son los mercenarios y los 'voluntarios' -que sirven según sus propias reglas- los que ofrecen un contrapeso a los soldados que sí son contratados y que todavía sirven según las viejas reglas, las cuales el propio ministerio de Defensa considera difíciles o imposiles de cumplir", afirma Lusin.
Otras fuerzas
La inteligencia ucraniana fue la primera en informar sobre la supuesta creación por parte de la empresa Gazprom de su propia fuerza de mercenarios en febrero de 2023. Kiev se basó en el hecho de que el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, había permitido a la compañía energética crear una organización de seguridad privada. Según fuentes del Financial Times, la empresa estatal comenzó a reclutar "voluntarios" para la guerra en agosto del año pasado. Las tropas en cuestión son "Potok" y "Fakel".
¿Para qué sirven los ejércitos privados?
Los expertos atribuyen el creciente número de tropas mercenarias al hecho de que el Kremlin quiere reclutar el mayor número posible de personas para la guerra sin llevar a cabo otra movilización. "A estas alturas, Rusia se ha convertido en un Estado movilizado a todos los niveles. A la hora de la verdad, hay una necesidad urgente de entrenar combatientes, y Putin quiere hacerlo sin reclutas ni otra movilización", afirma el historiador Mark Galeotti, fundador de la consultora londinense Mayak Intelligence.
Además, la financiación de este tipo de estructuras es una forma de que los oligarcas y las empresas demuestren su lealtad al Kremlin, según declaró un antiguo alto responsable ruso al Financial Times.
(aag/el)