No todo chocolate es chocolate: Alemania regulará imitaciones de alimentos
13 de julio de 2009Todo un menú de imitaciones de alimentos es vendido en supermercados de Europa, sin que hasta ahora las autoridades hubieran reaccionado. Alemania quiere controlar y castigar a los engañadores.
Quien engañe a los consumidores, debe pagar por ello. Esta es la consigna de la ministra alemana para la Agricultura, Alimentación y Protección del Consumidor, Ilse Aigner. En el debate sobre la imitación de productos alimenticios, surgido tras la publicación de una investigación realizada por la Central de Consumidores de Hamburgo, el Gobierno federal pide a los Estados federados controles más estrictos.
Berlín, por su parte, quiere publicar los nombres de gastrónomos, productores y comerciantes que omitan la rotulación de productos que son imitación de alimentos como el llamado “queso análogo” o el "jamón de gel", así lo anunció Aigner en el diario bávaro Passauer Neuen Presse.
Millonario negocio con jamón que no es jamón
Las dimensiones del problema han obligado a Berlín a tomar medidas a nivel nacional. Ahora, según el ministerio encargado, el Gobierno ha mejorado el marco legal: “Desde comienzos de julio de 2009 hemos facilitado la información a los ciudadanos, porque cuando se trata de alimentos no puede haber zonas grises”, dijo Aigner.
En el millonario negocio de las imitaciones en el sector alimenticio no sólo participan empresas de dudosa reputación como se había conocido hasta ahora. Una investigación realizada por la revista alemana Der Spiegel demuestra que también renombradas marcas se benefician de la torta de “ventas engañosas con comida chatarra”.
Marcas caras, productos chatarra
En una lista de imitaciones de productos alimenticios publicada por dicha revista y que son vendidos sin la debida rotulación no están sólo los que producen quesos o jamón sino también conocidos fabricantes de galletas y chocolate “original”. También hay los que venden cocktail de frutas de mar, con camarones y langostinos que jamás fueron ni animales ni marinos. El menú de imitaciones se extiende a los productos con vainilla como los helados.
Si bien las imitaciones de alimentos, a juicio de la Central nacional de Consumidores en su página virtual, “no representan peligros para la salud de los consumidores, sí son un engaño a los consumidores”. Los consumidores tienen que confiar en que el producto que compran sea, en efecto, el producto que quieren y no “alimentos” artificiales en empaque y nombre que no corresponden a su contenido.
La calidad cuesta; el engaño también
Hasta ahora se había controlado minuciosamente si los autos son fabricados con las últimas normas de comodidad exigidas por el mercado, los productos alimenticios empero, parecen interesarle menos, tanto a las autoridades regionales como a la Unión Europea.
Si bien es cierto que el creciente uso de imitaciones de ingredientes y productos es una consecuencia de las presiones que impone “la guerra de precios bajos” en el mercado, está en juego la calidad de lo que consumen los ciudadanos y sobre todo, está en juego la salud, a pesar de todas las aseveraciones de que comer queso que no es queso y camarones que no son camarones no le hace daño a nadie.
¿Más leyes que no se cumplen ni se quieren hacer cumplir?
“Rechazamos toda forma de manipulación de los alimentos”, expresó el director del sindicato del gremio alemán de restaurantes (NGG), Franz-Josef Möllenberg a la agencia dpa. Para el diputado socialdemócrata, Ulrich Kelber, “la introducción de imitaciones de alimentos a base de ingredientes baratos es un escándalo”, como lo expresa el vicepresidente del Bundestag al diario capitalino Tagesspiegel.
El sector de la industria alimentaria se opone empero a la implantación de leyes más estrictas. Matthias Horst, director de la Asociación alemana de Productores de Alimentos (BVE), considera que “las normas actuales son suficientes, sólo hay que ponerlas en práctica”.
O hacerlas poner. La Agencia federal del Trabajo reporta que en Alemania faltan 1.200 especialistas en controles de producción de alimentos.
Autor: José Ospina-Valencia
Editora: Claudia Herrera Pahl