Nobel Alternativo: Cunningham teme etnocidio en Nicaragua
2 de octubre de 2020Deutsche Welle: ¿Qué significa este premio para su lucha de tantos años por los pueblos indígenas y afrodescendientes?
Lottie Cunningham: Es muy importante recibir este premio en este momento, cuando el pueblo de Nicaragua sufre la crisis de derechos humanos más profunda de su historia. Esta situación ha tenido muchas consecuencias en los territorios de los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe de Nicaragua. El sufrimiento y la violencia que enfrentan las comunidades indígenas en estos últimos años por la pérdida de sus territorios, las restricciones a su movilidad por el desplazamiento forzoso y la destrucción del medioambiente ha causado una crisis humanitaria que pone en riesgo la supervivencia de los pueblos indígenas en la Costa Caribe. Este premio me impulsa a continuar la lucha y lograr los sueños de mi pueblo para que un día prevalezca la justicia social.
Habla usted de la crisis de derechos humanos de Nicaragua, que lleva recrudeciéndose desde las protestas de 2018. ¿Qué sinergias se producen entre las protestas de estudiantes, campesinos, asociaciones civiles, y la lucha de los pueblos indígenas y afrodescendientes?
Esta crisis de derechos humanos que hemos venido enfrentando ha tenido un impacto dentro de los territorios de los pueblos indígenas también. En ese sentido, este premio no visibiliza únicamente la problemática y la crisis de derechos humanos que están sufriendo los pueblos indígenas, sino que también deja patente la crucial situación que vive todo el pueblo de Nicaragua.
¿Qué amenazas inmediatas enfrenta su comunidad, el pueblo misquito?
Una inseguridad ciudadana y una inseguridad alimentaria, debido a que Nicaragua ha venido promoviendo concesiones y permisos a las corporaciones. Eso ha creado un desplazamiento forzoso de los territorios indígenas. En la Costa Caribe de Nicaragua hablamos de 304 comunidades indígenas y afrodescendientes que han avanzado en su proceso de demarcación, de acuerdo a la Ley 445 de régimen de propiedad comunal. Sin embargo, el Estado de Nicaragua no ha concluido con la última fase, que es el saneamiento del territorio. Además, hay colonos que han invadido los territorios, muchos de ellos armados. Eso ha incrementado la violencia en las comunidades, donde han asesinado y han desaparecido a indígenas. El Gobierno no solo fracasa a la hora de implementar la ley, sino que ha jugado un papel activo, promoviendo la colonización de la tierras protegidas por los indígenas.
¿En qué consiste exactamente su labor?
Nosotros continuamos luchando por la última fase del proceso de demarcación, que es la lucha para el saneamiento territorial. Hemos presentado el caso ante el sistema interamericano para lograr que Nicaragua garantice la protección, la vida, la cultura de los territorios de los pueblos indígenas. Vamos a continuar luchando para legalizar los territorios. En esta última fase, el objetivo es darle una seguridad jurídica a la propiedad y proteger los territorios de la comunidad.
Precisamente ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos se logró un hito en la lucha de los pueblos indígenas, con el proceso Awas Icni. ¿Cómo recuerda aquel caso?
El de Awas Ticni fue el primer caso que llevamos conjuntamente con ONGS internacionales y nacionales, que confluyeron en esta lucha. La Corte Interamericana dictó a favor de la comunidad y creó un precedente, porque la Convención Americana sobre Derechos Humanos habla de propiedad privada, y no de una propiedad colectiva. Por primera vez en la historia, una corte dictó una resolución con una interpretación evolutiva, donde reconoce el derecho de la propiedad colectiva, con una perspectiva en la que prevalecen el uso y tenencia de la tierra desde la cosmovisión indígena. Fue una victoria, y ha servido a otros pueblos indígenas para continuar su lucha por la defensa de la tierra y los recursos naturales, tanto en América Latina como en el resto del mundo.
¿Mantiene actualmente diálogo con el Gobierno?
Hemos intentado establecer un diálogo desde 2010. Las medidas provisionales ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenan al Estado de Nicaragua establecer una comisión para dialogar y darle una solución al conflicto que se está viviendo actualmente. Sin embargo, el Estado se ha negado a establecer esa comisión.
¿Cómo vive usted el actual Proyecto de Ley de Regulación de Agentes Extranjeros?
Nosotros por muchos tiempo veníamos sufriendo amenazas, inseguridad institucional, personal, cierre de financimiento. Este proyecto de ley es una herramienta que viene a producir una mayor criminalización de la que ya estamos viviendo. Hemos sufrido desde intimidación hasta amenazas de muerte. El Gobierno ha utilizado al sistema de justicia penal para crear cualquier tipo de delito para intimidarnos y provocar miedo.
¿Es mayor la criminalización que sufren las mujeres indígenas?
Por supuesto. Por ser mujeres, indígenas y afrodescendientes somos más criminalizadas. Uno de los papeles fundamentales de las mujeres en la cosmovisión indígena es trasmitir de generación en generación el uso y tenencia de la tierra y nuestra identidad cultural. Nuestro temor es que se produzca un etnocidio con la invasión en territorios indígenas y la pérdida de territorio por el desplazamiento forzoso.
Habla de amenazas e intimidaciones. ¿Este premio le hace sentirse algo más protegida?
Por supuesto, me hace sentirme más protegida. Nosotros queremos que el mundo sepa que queremos ser libres. Para los pueblos indígenas, la autodeterminación es un sinónimo de la democracia, y luchamos a la par de la sociedad civil para que se reconozca nuestra autonomía.
¿Quiere agregar algo?
Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a la fundación Right Livelihood Award 2020 por este reconocimiento a mi equipo y a mi persona Me siento honrada, humilde y conmovida por este reconocimiento. Y le afirmo al mundo y a Nicaragua que no lo asumo a título personal, sino que acepto el premio en nombre de los pueblos indígenas de Nicaragua, particularmente los que han dado su vida defendiendo a la Madre Tierra y a las mujeres indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe de Nicaragua.
(cp)