Nobel de Economía: Todo es psicología
10 de octubre de 2002Kahneman, de profesión psicólogo y no economista, fue distinguido por la introducción de conocimientos de la investigación psicológica en las ciencias económicas, en particular en relación con juicios y tomas de decisiones en casos de inseguridad. En sus estudios llegó a la conclusión de que los inversionistas en bolsa, por ejemplo, no venden por motivos racionales, sino emocionales: se deshacen de sus acciones cuando los mercados van hacia abajo, temiendo perder aún más si no venden. Ello, a su vez, hace bajar aún más los valores: una especie de profecía autogenerada. Para Kahneman, la motivación de la mayoría de los inversionistas es el temor –es decir, una emoción—y no un pensamiento racional dirigido a multiplicar su dinero.
Menos = Más
Smith fue premiado por el empleo de experimentos sistemáticos de laboratorio como instrumento en el análisis económico empírico, en particular para el estudio de diferentes mecanismos de mercado. Entre los hallazgos de Smith se cuentan que: a los resultados de mercado no se arriba por un cálculo consciente de los participantes, tener menos información es a veces mejor que tener más, disponer de menos datos es compatible con la eficiencia y el "juego limpio" es cuestión de gustos o expectativas.
La economía, un recurso humano
Este año, la Academia Sueca de las Ciencias se decidió por lo tanto por dar el premio a dos científicos críticos de la teoría clásica del comportamiento racional. Tanto para Kahneman como para Smith, el ser humano no decide sólo por un cálculo consciente y frío, sino con una alta dosis de emoción.
Kahneman, de 68 años, que también tiene la ciudadanía israelí, trabaja en la Universidad de Princeton. Smith, de 75 años, es Profesor en la Universidad George Mason, en Fairfax, Virginia. El premio, de 10 millones de coronas suecas (aproximadamente un millón de euros) va para ambos en partes iguales.