Nuevas sombras sobre Irán
4 de agosto de 2009La Stampa, de Italia: "El régimen iraní dejo de un lado las garantías democráticas que intentaban concertar una vía entre la Constitución nacional y los mandamientos islámicos. Acabó así con la esperanza: aterrorizó, presionó, ahogó, humilló y esto en la mejor de las tradiciones de un estado policíaco. (...). Pero esta fuerza bruta, este terremoto afecta también a sus autores y el mal parece hacer tambalearse también a la ciudadela del poder. A pesar del poderío militar y económico, todo indica que el régimen está conmocionado por enfrentamientos internos. Aún está por verse si realmente se trata de una terremoto mayor."
Proceso contra opositores
La Croix, de Francia: "El arrepentimiento demostrado por los opositores juzgados públicamente es señal intranquilizante del "orden" que rige en Irán. Este proceso sin justicia, las confesiones de los acusados que con seguridad fueron víctimas de una fuerte represión hacen recordar tristes acontecimientos símbolos de arbitrariedad de dictaduras implacables desde la Unión Soviética hasta la Junta en Grecia. Cerca de cien iraníes son acusados por protestar y manifestarse contra la reelección del presidente. Estos procesos sensacionalistas echan nuevas sombras sobre Irán (...)."
Revolución cuarteada
El País, de España: "Alí Jamenei, líder supremo de la revolución iraní, ratificó ayer el segundo mandato en la presidencia de Irán de Mahmud Ahmadineyad (…). Como en las viejas estampas de la gerontocracia soviética, los analistas tomaban nota de las ausencias para confirmar las disensiones internas. (…) Parece ya un lugar común que la estructura de poder en Irán empieza a fragmentarse debido a la presión de las fuerzas reformistas; y el reformismo adquirió carta de naturaleza, quizá de forma poco articulada, pero consciente, a raíz de las acusaciones de fraude en las pasadas elecciones legislativas. (…) La violencia institucional ha frenado la protesta, pero una parte importante de la población ha perdido el miedo. El discurso de ayer de Ahmadineyad, con sus consabidas apelaciones a los perversos países occidentales que interfieren en el paraíso iraní, muestra que su percepción monolítica del mundo no ha cambiado. Desgraciadamente, indica también que es muy poco probable que mejoren el empleo y la inflación, gravemente deteriorados durante su primer mandato. Van a ser cuatro años muy difíciles para Irán.
Autor: dpa/chp