Nuevo ataque contra africano
26 de abril de 2006Apenas 10 días después del brutal ataque de que fue víctima un ciudadano alemán de origen etíope en Potsdam, la noticia de una nueva golpiza contra un africano en suelo germano causó impacto. Esta vez la víctima es un hombre de 39 años, oriundo de Togo, que había solicitado asilo en Alemania. Según informó el fiscal de Schwerin, Hans-Christian Pick, hecho ocurrió en la noche del martes, en el centro de la ciudad de Wismar, en el Este de Alemania.
Sospechosos detenidos
Tres jóvenes, de 19, 23 y 24 años, respectivamente, fueron detenidos y contra los dos últimos se presentaron ya órdenes de arresto. Se les acusa de haber agredido al togolés, propinándole patadas luego de haberlo lanzado al suelo. La víctima, que sufrió lesiones en el cráneo, se encuentra fuera de peligro y posiblemente pueda abandonar el jueves el hospital. En consecuencia, tuvo más suerte que el hombre atacado en Potsdam, quien aún permanece en coma artificial y con pronóstico grave.
Los interrogatorios a que han sido sometidos los sospechosos no han arrojado aún certezas acerca de los motivos, pero no se descartan móviles racistas. De momento, se ha podido establecer sólo que los dos mayores habían ingerido considerables cantidades de alcohol.
Aumenta la violencia de ultraderecha
Sea como fuere, la sociedad alemana se encuentra una vez más en pie de alerta ante la violencia de la extrema derecha que, según datos de la policía federal, ha registrado un inquietante aumento. De acuerdo con las cifras dadas a conocer por el ministro del interior de Baja Sajonia, quien se remitió a las estadísticas policiales, en Alemania se registraron el año pasado 958 actos de violencia cometidos por ultraderechistas. Ello supone un incremento del 23% con respecto al año 2004.
Al mismo tiempo, el número de neonazis se elevó de 3.800 a 4.100, mientras que la cantidad de "cabezas rapadas" de extrema derecha y otros individuos violentistas de la misma tendencia registró un aumento de 10.000 a 10.400. Son datos inquietantes y obligan a pensar en estrategias más eficaces para hacer frente al problema, que ha vuelto trágicamente al primer plano desde el ataque de Postdam.