Merkel, ante nuevo desafío
24 de abril de 2012
El Gobierno alemán de coalición conservador, liderado por la canciller Angela Merkel, parece estar quedándose sin aliados en Europa. En Francia se llevaron a cabo elecciones presidenciales el pasado domingo, y se perfila la victoria del socialdemócrata François Hollande en segunda vuelta, en mayo. Y en Holanda renunció ayer, lunes, el Gobierno conservador de Mark Rutte, que también apoyó el curso financiero de Merkel.
En cuanto a Francia, la época en que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, declaraba públicamente su amor por la canciller alemana, parece estar llegando a su fin. “Quiero a Angela Merkel más de lo que se cree”: con esas palabras nacía una amistad que los medios más tarde llamarían “Merkozy”.
“Merkozy”, al borde de la separación
Entretanto, Merkel y Sarkozy están al borde de la separación, porque Sarkozy no parece querer a nadie más que a sí mismo y tira por la borda todas sus supuestas convicciones para permanecer en el poder, incluso su amor por la canciller. ¿Y cómo ve eso Merkel? “Yo veo las cosas con tranquilidad, más allá de cuál sea el resultado de las elecciones generales en Francia, pero claro que, en ese sentido, ya se sabe cuáles son mi afinidades políticas”, dijo la mujer más poderosa de Europa.
Sin embargo, en Francia todo parece indicar un cambio en el Gobierno con una victoria bastante probable, en segunda vuelta, del socialista François Hollande. Y Hollande quiere menos a Merkel de lo que dice públicamente, y quiere menos aún a su invención, el Pacto Fiscal, con el que Francia –junto con 24 otros Estados miembros de la UE- esperan poder obligarse a ahorrar para enfrentar la crisis.
Pero François Hollande tiene al respecto otras ideas, y dice que rechazará la ratificación de ese acuerdo, una afirmación a la que ya se encargó, sin embargo, de bajar el tono: ahora dice que lo firmará si se lo complementa con otro acuerdo que impulse el crecimiento económico. Y Angela Merkel podría aceptar algo así, casi sin problemas. “Un control sólido del presupuesto fiscal resulta en sostenibilidad y, a largo plazo, siempre es impulsor de crecimiento. Y no sólo necesitamos un presupuesto sólido sino también todo lo que sea conveniente para ese crecimiento”, dijo la canciller alemana.
Cambios no sólo en Francia, sino también Holanda
Es decir que, teóricamente, ya no hay contradicciones entre la canciller Merkel y el posible próximo presidente francés, Hollande. Pero lo que está sucediendo en Holanda sí representa un problema, ya que allí la canciller perdió en la tarde del lunes a otro aliado conservador, Mark Rutte, jefe de Gobierno de Países Bajos que siempre dijo sí a la política europea vigente y a los programas de austeridad, por ejemplo. La cuestión es que Geert Wilders, el líder populista de extrema derecha holandés, se niega a seguir apoyando al Gobierno de coalición, y sin su partido Rutte ya no cuenta con la mayoría para llevar a cabo las medidas de ahorro.
A eso se suma que la mayoría de los holandeses considera exagerado el plan de ahorro de Merkel. Y se prevé que en Holanda pronto se llevarán a cabo nuevos comicios para elegir a un nuevo Parlamento, lo que despierta dudas acerca de si ese país seguirá por la senda de las restricciones presupuestarias. Sin embargo, Angela Merkel parece no temer un cambio político en los Países Bajos. “En Europa, todos los días los ciudadanos van a las urnas en algún lugar. Cuando fui elegida canciller, por ejemplo, no estaba de acuerdo con realizar negociaciones para el ingreso de Turquía a la Unión Europea. Pero mi antecesor había acordado esas negociaciones, por lo cual era natural que yo las continuase”, explica, refiriéndose a la posible concreción de las medidas anticrisis en Holanda.
Merkel y la continuidad
Merkel apuesta por la continuidad. Lo que una vez se resolvió, debe llevarse, según ella, a cabo. Y algunos, como el vocero de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj Tardio, creen que no se deben volver a debatir las medidas para paliar la crisis en la eurozona. “Nos pasamos un año discutiendo acerca de normativas financieras. ¿Volver a discutir sobre el tema? Los mercados volverían a intranquilizarse”, explica.
Y eso es algo que, tanto François Hollande como los ciudadanos de Países Bajos deberían tener en claro. Después de todo, lo que está en juego es la triple A que les otorgan las agencias de rating. Si se produjese una reducción en la calificación de la solvencia de esos países, eso podría producir un efecto dominó en toda Europa. Algo que seguramente sería también muy doloroso para Angela Merkel.