Occidente, cada vez más dependiente de gas
6 de junio de 2006
La vigésimo tercerca Conferencia Mundial de Gas abrió sus puertas el lunes prediciendo que los países occidentales serán cada vez más dependientes de las importaciones de gas. Tan sólo en Europa se estima que las importaciones de gas ascenderán a un 80% en el 2030 del 42% registrado en 2002. Expertos estiman que en el futuro el gas licuado cobrará mayor importancia. En el 2030, este producto podrá representar hasta un 50% del suministro de gas, según estimaciones del ministro de Economía de Holanda, Laurens Jan Brinkhorst, durante la apertura del encuentro.
Gasprom asegura suministros
Por su parte el presidente del consorcio gasífero ruso, Gasprom, Alexei Miller, aseguró a Occidente que los suministros de gas rusos no fallarán pese a los conflictos con Ucrania. "Siempre hemos cumplido cabalmente nuestros contratos", dijo. En cambio, advirtió que no garantiza a Ucrania los suministros a partir del próximo otoño. Gasprom había advertido la víspera, sobre posibles cuellos de botella en el aprovisionamiento de gas a Europa occidental durante la próxima temporada de invierno.
El ministro de Energía ruso, Viktor Christenko, anunció que su país está preparado para abrirse a la participación de inversores extranjeros en la exploración de sus recursos, dado las grandes inversiones necesarias, particularmente en la capacidad de transporte, para asegurar el futuro suministro del combustible. El ministro hizo una advertencia a los países a los que Rusia suministra el hidrocarburo, de no buscar otros proveedores.
Postura hegemónica rusa
"Si nos percatamos de que el mercado al que proveemos busca una diversificación de sus fuentes de energía, eso conducirá necesariamente a una diversificación por nuestra parte", dijo Christenko. Rusia ya había advertido a los países europeos de que sus suministros podrían ser desviados hacia Asia, lo que fue interpretado como una amenaza en las capitales europeas. El vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, recriminó al Kremlin de utilizar su riqueza de hidrocarburos como un medio de coerción político para presionar a otros gobiernos a favor de sus intereses.
La política energética es uno de los puntos neurálgicos de la cooperación entre la Unión Europea y Rusia. El conflicto entre Rusia y Ucrania a principios de año provocó alarma y sobresalto en Europa Occidental, dependiente del gas ruso. Debido a que Ucrania se negó a pagar un repentino y excesivo incremento de precios, los suministros rusos fueron cortados, lo que afectó a algunos países europeos, toda vez que transitan a través de los gasoductos ucranianos.