Occidente cambia de curso hacia Rusia
27 de agosto de 2008El presidente ruso, Dmitri Medvedev, lo ha hecho: la Federación Rusa ha reconocido diplomáticamente a Ostia del Sur y Abjazia, repúblicas separatistas de Georgia. Con este paso, Rusia no sólo pasa por alto todas las recientes advertencias de los países occidentales. Más que eso, Rusia actúa en contra del derecho internacional y atenta contra la integridad territorial de su vecino europeo Georgia.
Si bien el presidente ruso se siente con derecho a ello teniendo en cuenta que el gobierno georgiano intentó violentamente derrocar los gobiernos separatistas, esta opinión no la comparte nadie. Rusia, según los países occidentales, se ha sumido con esta decisión en un auto aislamiento peligroso. El reconocimiento de Osetia del Sur y Abjazia tendrá como consecuencia un empeoramiento de las relaciones.
Si el Kremlin cree que los países occidentales se tranquilizarán después cuando se les pase el enojo, cree en una ilusión. Rusia sin duda alguna está en la capacidad, en muchos campos, de resultar molesta a los intereses de Occidente: en Afganistán, en el conflicto atómico con Irán y también en el suministro energético. Lo mismo vale, sin embargo, al revés. Occidente podría reaccionar a esto permitiendo la entrada de Ucrania y Georgia a la OTAN o impidiendo la entrada de Rusia a la Organización Mundial del Comercio. Rusia podría cancelar el apoyo de Occidente en Afganistán o fundar un consorcio internacional de gas. Un arsenal de posibles trabas existe a ambos lados.
Es lamentable, una agudización del conflicto no le aporta nada ni a Rusia ni a Occidente. Tampoco a Osetia y a Abjazia, pues el reconomiento formal de su independencia no representa nada mientras sólo sea Rusia quien lo haga.
No cabe esperar que los países de al OTAN y la UE pasen la página sin más. Esto lo han dejado claro en sus advertencias de los últimos días. Los estados occidentales darán respuestas asimétricas a este unilateralismo y al irrespeto de los principios internacionales. En este punto, Rusia ha subestimado lo molesto que podrían resultarle los otros. Aunque en un primer momento el conflicto en Georgia pareciera irrelevante para Estados Unidos y Europa, esta acción tan poco amigable por parte de Rusia conllevará una consolidación y unificación de la política hacia Rusia al interior de la OTAN y la UE. La crítica a Rusia crecerá. Los favorecedores de un curso moderado hacia Moscú acabarán enmudeciendo. Se empieza a notar esto ya en las reacciones de la canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro alemán de Exterior, Frank Walter Steinmeier. Alemania, desde hace años, es uno de los países de la UE que más ha apostado por una cooperación con Rusia. Esto cambiará, tanto en palabras como en hechos.
*Ingo Mannteufel es jefe de la redacción rusa de la Deutsche Welle