Escasez de aprendices de oficios en Alemania
3 de marzo de 2010
En Alemania se cuentan más de un millón de pequeñas y medianas empresas (pymes) que atravesaron casi sin mella la crisis durante 2009. Sin embargo, siguen enfrentándose a grandes desafíos, ya que les hacen falta más aprendices y especialistas, lo que dificulta aún más la competencia en un mercado cada vez más duro.
Bajar los precios o arriesgarse a decir ‘no'
Entre los múltiples encargos que reporta un conocido portal de Internet que ofrece servicios de mano de obra se cuentan el tapizado y pintado de habitaciones, la construcción de techos de madera para convertir un patio en un jardín de invierno, o la completa renovación de la instalación eléctrica. El cliente pone un precio máximo, los operarios ofrecen sus servicios y pueden competir con precios más bajos, lo que hace que, al final, el cliente obtenga lo que busca a un 30 por ciento menos. Gana el que menos cobra, lo cual no es nada nuevo. Sin embargo, la crisis económica hace aún más presión sobre las tarifas.
“Recibimos quejas concretas de empresas que confirman que los clientes potenciales sólo aceptan servicios si los precios se rebajan a un 25 por ciento. Eso hace que muchos de los dueños de establecimientos se pregunten si aceptan estas condiciones y, con ellas, conservan a sus empleados, o si pueden permitirse rechazarla. Seguramente hay muchos que no se lo pueden permitir”, explica Holger Schwannecke, secretario general de la Federación Central del Artesanado Alemán (ZDH), con sede en Berlín.
Los oficios, esenciales para la economía alemana
El oficio especializado o artesanado es parte fundamental de la economía alemana. Ya se trate de orfebres, electricistas, peluqueros o albañiles, casi un millón de las pymes en Alemania son compañías de servicios en las que trabajan cerca de 4,8 millones de personas. Cada tercer aprendiz se forma en una de esas compañías. Las experiencias por las que pasaron durante la crisis son tan heterogéneas como los tipos de oficios que ejercen.
“La situación en las empresas es variada. Tenemos dificultades en áreas relacionadas con la industria que se orientan mucho hacia la exportación. Allí es donde se hace sentir más la baja en la demanda industrial y en las ventas. Hay otros sectores que se benefician mucho más de las medidas de apoyo del Gobierno alemán”, agrega el experto.
“Hay que sensibilizar a bancos para que otorguen créditos”
Dichas medidas, que suman alrededor de 80 mil millones de euros, se realizaron en forma de paquetes coyunturales para los años 2009 y 2010. Una gran parte del dinero fluye en la infraestructura, como, por ejemplo, la construcción de carreteras o de edificios que ahorran energía y protegen el clima. De eso sacan provecho, sobre todo, los oficios de la construcción, que son más optimistas en cuanto al futuro y esperan que las inversiones públicas y los estímulos fiscales para el área de servicios logren volver a estabilizar la demanda. Sin embargo, no dejan de estar amenazados por la crisis, ya que un gran número de compañías tienen serios problemas con la financiación, como constata Holger Schwannecke: “En los créditos a mediano plazo se ve lo apremiante de la situación. En comparación con el año 2009 se está produciendo una disminución de los créditos otorgados de un siete u ocho por ciento, lo cual es mucho”.
Si bien todavía no se puede discernir hasta dónde llegará el aprieto, Scwannecke cree que, como los bancos endurecieron sus condiciones para los créditos, muchas empresas se verán en problemas a más tardar cuando esté listo el cierre de ejercicios para 2009.
“Hay que sensibilizar a los bancos acerca de que, en una situación económica difícil, no sólo se debe dar importancia al balance anual de una empresa, sino que hay que mirar más allá, mirar que la compañía estuvo trabajando bien, y que en 2009 hubo varias dificultades. Y que tienen que tener confianza y arriesgarse a otorgar los créditos necesarios”, opina el secretario general de la ZDH.
No sólo falta dinero, sino también aprendices
No sólo escasean los medios, sino también las nuevas generaciones de técnicos, y hace tiempo. El año pasado hubo diez mil puestos de formación en oficios sin ocupar. Según Holger Schwannecke, “eso tiene causas demográficas y de problemas de movilidad, y también tiene que ver con que no todos están dispuestos a aprender un oficio”.
El llamado ‘Pacto de Formación' entre el gobierno y los representantes de la economía, en el que participa el artesanado, tiene desde 2004 como objetivo asegurar la existencia de especialistas. Para Holger Schwannecke, esto significa que hay que preocuparse por dar a los jóvenes cuyos certificados de estudios no son satisfactorios la posibilidad de calificarse en un oficio. Por el otro lado, el artesanado necesita aprendices cada vez mejor preparados y con buenos certificados.
“Por eso es que, por el momento, intentamos todo para dejar en claro que, al comenzar una formación profesional en un oficio, no todo concluye con un título de maestría. El camino hacia un estudio universitario sigue estando abierto. Hemos luchado mucho para que en los estados federados se imponga la práctica de permitir una formación dual mediante la que, si el aprendiz prueba tener aptitud suficiente, pueda encarar una carrera universitaria”, dice Holger Schwannecke.
Y ese no sería el final, ya que las exigencias del desarrollo tecnológico no se satisfacen con un oficio. De la universidad, podría pasarse luego a una segunda formación en otro oficio, ya que para ser especialistas del mañana no será suficiente con poseer habilidad manual.
Autora: Sabine Kinkartz/ Cristina Papaleo
Editor: Emilia Rojas-Sasse