Scholz apunta a Putin y aboga por la unión entre los aliados
8 de mayo de 2022El discurso que la noche de este 8 de mayo de 2022 ofreció a la nación el canciller alemán Olaf Scholz -con motivo del aniversario número 77 del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa- duró breves 8 minutos, tiempo suficiente para que el dirigente recordara el hito histórico que supuso el fin de una conflagración que dejó millones de muertos en el Viejo Continente bajo la óptica del conflicto que actualmente sacude a Europa, la invasión de Rusia a Ucrania.
Con tono sereno y serio, con el edificio del Bundestag de fondo, Scholz recordó a quienes perdieron la vida en el campo de batalla, en campos de concentración y en las ciudades atacadas durante la Segunda Guerra Mundial, y lamentó que nuevamente el ruido de las armas azote al corazón de Europa, asegurando que es imposible recordar la guerra que se extendió entre 1939 y 1945 cerrando los ojos a los enfrentamientos donde, hoy, "Rusia ataca a mujeres y niños”.
El socialdemócrata usó la oportunidad para remarcar varios puntos que son centrales en su agenda: primero, que este es un conflicto de agresión injustificada por parte de un país, Rusia. Segundo, que Alemania está del lado de Ucrania, un aspecto que vale resaltar toda vez que la actitud -calificada por muchos de "tibia”- de Berlín hacia Moscú ha generado controversia e incluso suspicacia entre la dirigencia ucraniana. Y tercero, que hay que evitar a toda costa que la guerra se extienda, y por ello es imprescindible que la OTAN siga siendo un espectador y no un protagonista.
Con Putin en la mira
Pocas veces el canciller de Alemania ha sido tan explícito en sus dardos hacia el líder ruso, Vladimir Putin. Scholz sostuvo que el nacionalista busca "destruir la cultura y la identidad de Ucrania”. Además lo acusó de realizar un "falseamiento infame de la historia” por decir que sus tropas combaten a los "nazis” en territorio ucraniano. Y en una referencia que podría interpretarse como una señal, recordó que gracias a los aliados se pudo poner término a la dictadura nacionalsocialista, algo por lo que "Alemania está agradecida”.
En la misma línea argumentativa, añadió que Berlín apoya la lucha de Kiev "contra los agresores”, y aseguró que no hacerlo solo daría más fuerza a quienes lanzaron la ofensiva militar. Sin embargo, creyó importante reiterar que la verdadera lucha está en poner fin a la guerra y llevar a Putin a tomar decisiones que vayan en esa dirección. Por ello, insistió, las sanciones buscan afectar a la dirigencia y quitarle grasa a la maquinaria de guerra rusa.
Scholz reconoció que la decisión de enviar armas a una zona en conflicto, algo que implicó el quiebre de décadas de política internacional renuente a equipar a ejércitos que participan en combates, ha generado controversia dentro de Alemnia. Sin embargo, destacó que esos debates forman parte del ecosistema político natural en una democracia, y que son decisiones que, a la larga, buscan defender la libertad allí donde está en peligro. "Juré en mi cargo evitar cualquier daño al pueblo alemán. Esto significa proteger a nuestro país y a nuestros aliados del peligro”, aseguró.
Nadie actúa solo
El canciller alemán insistió también en la necesidad de actuar en bloque, y por ello destacó la importancia de dialogar dentro de Europa, pero también con los socios al otro lado del Atlántico, y por ningún motivo actuar por cuenta propia. Con esto buscaba responder a quienes han criticado a su gobierno por no apoyar un embargo a la compra de petróleo y gas rusos, por ejemplo, o tardar tanto en enviar armas pesadas a Ucrania. Incluso, al comienzo de la invasión rusa, Alemania apenas envió cascos para apoyar los esfuerzos de defensa ucranianos. Apenas la semana pasada decidió aprobar el envío de armas pesadas.
A la vez, Scholz aseguró que se impulsa la diplomacia para acabar con la guerra, y destacó el rol de las fuerzas armadas alemanas, condenadas por décadas a la jibarización como parte de la política de "nunca más” a la que se plegó el país tras la dictadura nazi. De esta forma, justificó el rompimiento de esa tradición antibélica y los planes de inyectar 100 mil millones de euros para mejorar la capacidad disuasiva de la Bundeswehr, con los que Berlín desea poner a las tropas a la altura de una potencia económica como Alemania.
Sin embargo, Scholz destacó que una de las enseñanzas del 8 de mayo, como fecha que puso fin a la tragedia de la Segunda Guerra Mundial en Europa, es que no puede haber una Tercera Guerra Mundial ni tampoco un conflicto entre "potencias nucleares”. A la vez, dijo que ni Ucrania ni Alemania aceptarán una paz impuesta por medio de "dictados” de parte de Moscú-una idea que ya había esbozado previamente-, y aseguró que Putin "no va a ganar esta guerra, pues Ucrania prevalecerá. La libertad y la seguridad ganarán”.
Poco antes, el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, había acusado a Putin de haber roto la paz europea para implantar "la pesadilla” de una "guerra brutal e ilegítima”, desde su posición de "potencia atómica”. Para el político socialdemócrata, el líder ruso rompió "el sueño de una casa común europea en paz”. (jov)