Olaf Scholz: candidato sin carisma, pero pragmático
23 de septiembre de 2021La nominación de Olaf Scholz como candidato a canciller del Partido Socialdemócrata (SPD), ya un año antes de las elecciones, fue una sorpresa de marca mayor. Tanto más, porque meses antes había sufrido una derrota en las elecciones internas por la jefatura del SPD. Ahora, en las semanas previas a los comicios alemanes, lasencuestas asignan a Scholz una clara preferencia del electorado para que sea él quien suceda a Ángela Merkel. Sin embargo, en el sistema electoral alemán no se vota directamente por el canciller federal, de modo que sigue siendo incierto si llegará a la jefatura de gobierno.
Eficiencia ante la crisis
Scholz, quien ha sido vicecanciller durante tres años, muestra una confianza inquebrantable y ha superado más de una tormenta en su larga carrera política. En muy raras ocasiones pierde la calma.
Como ministro de Finanzas, ha tenido oportunidad de lucirse durante la crisis del coronavirus: ha sido el encargado de desembolsar millones de euros del fondo de emergencia, para ayudar a las empresas y a los ciudadanos a enfrentar la situación.
"Esta es la bazuca que se necesita para hacer lo necesario", dijo Scholz. "Estamos utilizando todo nuestro arsenal para demostrar que somos suficientemente fuertes para superar cualquier desafío económico que este problema nos plantee”.
En tiempos de crisis, el pragmatismo importa más que el carisma, y eso ha jugado a favor de Scholz. Mucho tiempo ha pasado desde que el semanario alemán Die Zeit lo apodara "Scholzomat" -una combinación de su nombre con la palabra "Automat", que significa máquina automática-, aludiendo a su tendencia a usar términos técnicos.
Hace años se ganó la imagen de ser un aburrido burócrata y le ha costado sacársela de encima. Incluso dentro de SPD, a muchos les cuesta entusiasmarse con este hombre un tanto introvertido, venido de Hamburgo, que nunca dice más de lo absolutamente necesario.
Larga trayectoria socialdemócrata
Pero Scholz se mantiene en su línea y ha ascendido tranquilamente la escalera política. Fue secretario general del Partido Socialdemócrata, ministro del Interior y jefe del Gobierno regional de Hamburgo. Actualmente es ministro de Finanzas y vicecanciller.
Se lo adscribe al ala conservadora de la socialdemocracia, pero es difícil encasillarlo en semejantes categorías. Cuando fue subjefe de la organización juvenil del SPD, muchas de sus opiniones eran consideradas radicales en materia social, y muy críticas con el capitalismo. Pero ha pasado mucho tiempo desde su ingreso al partido, en 1975, y su elección como parlamentario federal, en 1998. Durante esos años, Scholz dirigió su propio bufete de abogados en Hamburgo, especializado en derecho comercial, donde aprendió mucho sobre el funcionamiento de la economía y las empresas. Eso lo marcó.
Mucho tiempo le tomó comprender que también en política el objetivo es lograr que se escuche el mensaje que se emite y "vender” las propias propuestas. Pero cuando luchó por la jefatura de su partido, a fines de 2019, pareció transformarse. Se mostró más emotivo, más accesible y, sobre todo, más amistoso, sin ocultar que se consideraba el candidato ideal para el puesto. Sin embargo, sufrió una sorpresiva derrota ante la dupla del ala izquierda, integrada por Saskia Esken y Norbert Walter-Borjans. Pero eso no lo derribó. Siguió enfocado en su trabajo ministerial y se mantuvo leal al partido.
En los meses que siguieron a su nominación como candidato a canciller, Scholz ha evitado cometer grandes errores. En agosto, sus índices de popularidad comenzaron a subir. Se presenta como garante de estabilidad y se le atribuye el mérito del repunte que también ha experimentado su partido en las encuestas.
(er/cp)