El islam liberal es una quimera
25 de junio de 2017Fue descrito como un "evento mundial en el corazón de Berlín". Y a juzgar por la abrumadora respuesta, tanto en el país como en el extranjero, a la apertura de la "mezquita liberal" en una iglesia protestante en el distrito Moabit de Berlín, esta apreciación es correcta.
Representantes de los medios de todo el mundo querían estar presentes cuando la abogada germano-turca y activista por los derechos de las mujeres, Seyran Ates, presentó su proyecto de reforma al público: la apertura de una mezquita incluyente. La mezquita Ibn Rushd-Goethe está concebida para darles la bienvenida a todos los musulmanes, independientemente de su denominación y orientación sexual.
Además, esta casa de culto –la única de su tipo en Alemania– ha abolido explícitamente la segregación de sexos durante la oración. Hombres y mujeres pueden orar uno al lado del otro. El pasado viernes, un hombre y una mujer llevaron juntos las primeras oraciones. Y otro punto importante debido a los acalorados debates sobre este tema en el país: el "imán femenino" no llevaba un hiyab.
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El hecho de que las reacciones de los países predominantemente musulmanes a la apertura de la mezquita de Ibn Rushd-Goethe hayan sido hostiles y especialmente fuertes no es realmente una gran sorpresa, sobretodo si se tiene conciencia de las realidades represivas en estos países. Por ejemplo, en Egipto y Turquía las protestas contra la mezquita de Berlín fueron particularmente violentas. Las autoridades religiosas de ambos países han sido inhabilitadas políticamente.
Sin embargo, más interesante que las reacciones predecibles de los países musulmanes en el extranjero son las reacciones en Alemania, las cuales fueron uniformemente positivas. Casi todos los medios celebraron la nueva institución como un lugar de un islam abierto y emancipado. Como era de esperar, los círculos conservadores, así como las personas y grupos de interés que critican vocalmente el islam, ven esta mezquita como una alternativa a las mezquitas de los grupos islámicos ortodoxos. En su opinión, "este islam" es el único que se adapta a Alemania.
No obstante, este ferviente entusiasmo en los medios de comunicación y en el ámbito político no puede dejar de lado dos problemas fundamentales.
Primero: el llamado "islam liberal" consiste de personas solas, ciudadanos regulares sin una estructura. En Alemania existen hoy día una serie de iniciativas civiles por parte de musulmanes liberales, pero su nivel de organización es todavía bajo, al igual que su capacidad para relacionarse con la corriente musulmana conservadora.
Segundo: hasta ahora, los que representan el islam liberal son todavía muy vagos en cuanto al contenido. Por lo general, se definen solo por su rechazo al islam conservador. Y eso es demasiado poco para tener un gran impacto.
Respetar la pluralidad de musulmanes
No hay duda: la apertura de la mezquita Ibn Rushd-Goethe es un paso valiente y notable. Pero fuera de Alemania las mezquitas liberales como esta no son un fenómeno nuevo. Proyectos de mezquita similares ya han existido durante mucho tiempo en Gran Bretaña y Estados Unidos.
Además, los heterogéneos partidarios del islam liberal deberían haber explicado –mucho antes de la apertura de la mezquita– sobre qué principios islámicos se basa su comprensión liberal de la religión. Por ejemplo, deberían haber mantenido un debate sobre el papel de la sharia en un Estado constitucional secular. Esto ciertamente habría sido útil en términos de establecer una distinción entre aspectos aceptables e inaceptables de la sharia.
En otras palabras: así como la autoridad estatal de Turquía para asuntos religiosos, Diyanet, cita los "principios de la fe islámica" como su punto de referencia, los musulmanes liberales también deberían haber justificado sus esfuerzos con referencia a las verdaderas fuentes islámicas.
El islam controlado por el Estado no tiene credibilidad
Ni la escasa respuesta a la manifestación musulmana de paz y antiterrorismo en Colonia ni las reacciones hostiles a la apertura de la mezquita en Berlín pueden tomarse como evidencia de que el islam es incapaz de reforma. Después de todo, estamos viendo los esfuerzos de activistas musulmanes de todo el mundo que están luchando por lograr cambios. La batalla sobre quién tiene la prerrogativa de interpretar y definir el "islam" se está librando casi en todas partes, con toda fuerza.
En cualquier caso, políticos deberían aconsejar no privilegiar versiones particulares del islam, ni liberales ni conservadoras. Un islam protegido o incluso controlado por el Estado no tendría credibilidad, y sería indigno de una democracia pluralista.
Por lo tanto, para el desarrollo del islam en Alemania, sería mejor, en el espíritu de nuestra constitución liberal-democrática, respetar la pluralidad real de los musulmanes y sus diferentes entendimientos de lo que es el islam y continuar promoviendo su naturalización institucional.