Opinión: Erdogan, tras la exclusividad del poder
7 de mayo de 2016Es alarmante ver la constante intransigencia con la que Recep Tayyip Erdogan desea imponer su poder. A como dé lugar quiere modificar la Constitución y convertirse así en el absoluto soberano de su país. Todo a pesar de que, en dos sucesivas elecciones parlamentarias, el electorado turco se ha rehusado a seguirlo. Así como en dos ocasiones su partido, el Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP), no logró obtener la mayoría parlamentaria necesaria para llevar a cabo reformas constitucionales.
A pesar de esto, él, que constantemente se vanagloria de ser el primer presidente turco elegido directamente por el pueblo, no quiere aceptar este claro mensaje. Erdogan hizo de Ahmet Davutoglu su sucesor como primer ministro, creyendo que él sería el manso ejecutor de su voluntad política. Claramente esto no funcionó. Ahmet Davutoglu es, a pesar de toda su lealtad, muy independiente para Erdogan.
Críticas a Erdogan
Ya hace meses que caldean los ánimos dentro del AKP. Miembros importantes del partido, como Abdullah Gül y Bülent Arinc, han expresado su desagrado por las evidentes ambiciones de poder del presidente Erdogan. No obstante, la indignación no ha servido de nada. Peor aún: Erdogan, quien, según la Constitución, debería permanecer neutral, ha intensificado su control sobre el AKP.
Tan solo hace unos días, la alta dirección del AKP retiró a Davutoglu del cargo de presidente del AKP. En internet apareció un blog bajo el título de “El informe pelícano”, donde se difama fuertemente al primer ministro. Muchos comentaristas turcos apuntan a que el palacio presidencial se encuentra detrás de esta campaña de desprestigio.
El lazo entre Erdogan y Davutoglu se ha roto. Al primer ministro se le reprocha por ser muy proeuropeo y no haber defendido al presidente de enemigos y conspiradores; los argumentos en contra del primer ministro suenan como si viniesen del siglo XIX.
¿Quién será el sucesor de Davutoglu?
¿Quién seguirá después de Davutoglu? Es muy posible que sea reemplazado por el actual ministro de Transporte, Binali Yildirim, o por el ministro de Energía, Berat Albayrak, el yerno de Erdogan. Esta vez, Erdogan pondrá especial atención en encontrar un reemplazo que esté más a su gusto. Toda esta situación solo ejerce mayor presión sobre la democracia en Turquía.
Debido a la concentración de poder en manos de Erdogan, muchas interrogantes concernientes a la separación de poderes constitucionales se han tenido que poner, ya desde hace un tiempo, en segundo plano. No solo la oposición turca se ha pronunciado al respecto, sino también el Parlamento Europeo y la Comisión Europea en sus más recientes reportes sobre Turquía. Entre más se concentre el poder político turco en el presidente Erdogan, más grande la preocupación sobre la democracia y la estabilidad del país, aspirante a entrar a la Unión Europea.
Para aprender: aquí puede usted leer la versión original de este artículo en alemán.