Opinión: La hora de los demócratas
22 de marzo de 2017Este discurso llegó en el momento oportuno. Frank-Walter Steinmeier, quien desde este miércoles juramentó como presidente de Alemania, ofreció una alocución fulminante en defensa de los valores democráticos.
Para evitar malentendidos: lo mismo hizo su predecesor, Joachim Gauck, hace cinco años de manera impresionante. Pero es bueno saber que Steinmeier lo hace a su propio estilo: con pasión y compromiso. Y como el propio Steinmeier dejó en claro: "Siendo imparcial, pero no neutral”.
El excanciller alemán se inmiscuye así -¡y de qué manera!- en la disyuntiva actual. De este modo le pidió al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, enviar señales de distensión. Steinmeier le exigió, explícitamente, la liberación del encarcelado periodista turco-alemán Deniz Yücel y que termine "con las inaceptables comparaciones nazis". ¡Gracias, señor presidente! También por enviar un mensaje claro con firmeza, pero sin ser irrespetuoso.
Palabras inspiradoras
Steinmeier alabó el "período de acercamiento hacia Europa” que ha tenido Turquía en las dos últimas décadas. Otro elogio fue nombrar a "las muchas personas de origen turco” que viven, trabajan y se sienten como en casa en Alemania. Aquellos que pueden decidir, en el referéndum constitucional a mediados de abril, si le otorgan aún más poder a Erdogan. Desde luego, los comentarios de Steinmeier no fueron una burda intromisión en el plebiscito turco. Sin embargo, el nuevo presidente tuvo la oportunidad de describir su prototipo ideal de democracia. "¡Tenemos que aprender de nuevo a luchar por ella!", dijo. Y tiene razón.
Aunque Steinmeier -a diferencia de Gauck- no es un orador nato, sus palabras lograron entusiasmar en la toma de posesión. Sobre todo a quienes están hartos de las torpezas y el lenguaje primitivo de los populistas. Aquellos populistas que en Alemania y en otros lugares se lanzan a las calles. Pero también a aquellos que están el poder en las distintas capitales de Estados Unidos y Europa. "¡Unámonos en contra!” es ahora el lema de Steinmeier. Un pedido que, esperamos, no sólo se escuche en el pleno del Parlamento.
Un patriota alemán y europeo
Este primer discurso era necesario. El mensaje de un patriota alemán y europeo. Un patriotismo bien explicado y de responsabilidad con Europa pueden ir de la mano subrayó, con razón, Steinmeier. Que su convicción la haya expresado con autoestima y confianza hacen aún más valiosas sus palabras. El nuevo jefe de Estado alemán tiene las cosas claras, sin arrogancia ni condescendencia. Tampoco, y sobre todo, con Turquía. El juramento de Steinmeier, su discurso y el de su predecesor fueron una necesaria declaración frontal a todos sus oponentes.
Marcel Fuerstenau (CT)