Los estadounidenses merecen más claridad
29 de octubre de 2016Justo cuando se creía que la campaña presidencial más extraña de la historia reciente de Estados Unidos no podía ser más estrafalaria, la contienda entre Donald Trump y Hillary Clinton tomó otro giro inesperado a sólo 11 días de que los estadounidenses acudan a las urnas.
Llegó en la forma de una breve nota enviada este viernes a los líderes del Congreso por el director del FBI, James Comey. En 169 palabras, el jefe del FBI escribió que la Oficina Federal había descubierto correos electrónicos adicionales "que parecen ser pertinentes" para la investigación original sobre los e-mails privados de Clinton. En el cierre del comunicado, Comey advirtió que no podía ni estimar cuanto tiempo tomará la nueva indagación ni determinar si el nuevo material es significativo o no.
¿Tormenta política?
La revelación de la nueva investigación del FBI sobre correos electrónicos estuvo rápidamente seguida por una serie de diversas filtraciones de fuentes no identificadas en cuanto al porqué y a los orígenes de los mensajes adicionales. Pero debido a que el FBI y su director han mantenido silencio desde que la carta se hizo pública, es imposible verificar o falsificar las demandas.
Naturalmente, los republicanos –encabezados por su candidato presidencial Donald Trump, quien actualmente se encuentra por detrás de Clinton en la mayoría de las encuestas– están tratando de crear una tormenta política mientras que los demócratas han preferido restarle importancia al asunto.
Poniendo a un lado todos los esfuerzos de ambos bandos por darle un giro a las cosas, el público tan solo tiene, de momento, el escueto comunicado de Comey. Y esto no es suficiente, sobre todo ahora, a menos de dos semanas de la culminación de una campaña electoral que ha dividido a los estadounidenses hasta un punto antes inimaginable, incluso para los observadores más cínicos.
Nube oscura sobre las elecciones
La nueva investigación del FBI hizo lo que muchos pensaron que era imposible: una vez más, se elevaron las apuestas en las elecciones. A diferencia del lote anterior de correos investigado por el FBI, esta vez la situación podría –o no– llegar a un nivel penal: ya sea por el contenido o la manera en que se manejaron los nuevos mensajes de correo electrónico, relacionados con el principal candidato presidencial de Estados Unidos. En tal caso, las cosas podrían tomar un giro inesperado.
Es responsabilidad del hombre que decidió seguir adelante con esta nueva investigación explicar públicamente su decisión y, de un modo u otro, resolver el asunto antes de la jornada electoral. Y lo que es más, Comey debería haber sabido que su vaga declaración de 169 palabras no le hace justicia a un asunto de tal gravedad. El pueblo estadounidense se merece algo más, y no debería ser arrojado al limbo así. La pelota está nuevamente en el campo de Comey.
Autor: Michael Knigge