Opinión: No a las provocaciones militares en el Mar Negro
6 de noviembre de 2016La protección del flanco oriental de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) debe ser reforzada. En eso coinciden los miembros de esa Alianza. La guerra que se libra en el este de Ucrania y las amenazas con que Rusia pretende amedrentar a sus vecinos europeos ameritan que esa coalición occidental responda de manera clara. Con sus unidades multinacionales en Polonia y el mar Báltico, la OTAN apuesta por la disuasión y la prevención. Ese frente está por ser expandido hacia el sureste. La iniciativa rumana para consolidar la presencia de la OTAN en el Mar Negro parece estar dando frutos; varios Estados –Alemania incluida– le han dado su visto bueno y se han comprometido a apoyarla.
Cambio de curso en la OTAN
En la más reciente cumbre de la OTAN, celebrada en julio en Varsovia, saltó a la vista lo lejos que estaban los socios de una postura común en el sureste de Europa, a pesar de la importancia estratégica de esa región. Por otro lado, tampoco los países más cercanos al Mar Negro –Bulgaria, Rumania y Turquía– estaban de acuerdo sobre cómo robustecer la presencia de la OTAN en la zona. No obstante, Rumania venía alertando desde hacía años que el Mar Negro se había convertido en un "charco ruso”.
Tras la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia, Bucarest acentuó su clamor por que en el Mar Negro se estacione una flota multinacional de la Alianza de manera permanente. Mientras Turquía oscilaba entre su fidelidad a la OTAN y la conveniencia de cultivar sus vínculos con Rusia, Bulgaria rechazó de plano la sugerencia rumana. El Gobierno del búlgaro Boiko Borísov soñaba con aguas reservadas para veleros, yates y cruceros. No quería saber nada de una flota de la OTAN.
No obstante, durante el encuentro de los ministros de Defensa de la OTAN, realizado en octubre, se acordó definitivamente que los aliados del Atlántico Norte defenderían una línea común en el flanco sureste del grupo. Concretamente, se decidió crear una brigada de hasta cinco mil soldados bajo el liderazgo de Rumania. Varios Estados dieron luz verde a ese plan y aceptaron participar con unidades de Marina y Aviación. Nadie habla oficialmente de una flota permanente de la OTAN, pero la presencia continua de la Alianza en el Mar Negro ya ha sido aprobada.
La Alianza está cohesionada
Esa es la señal que deben emitir los socios de la OTAN en la periferia oriental de la Alianza. Sus preocupaciones y temores de cara a una agresión rusa están justificados. Los combates en Georgia y Ucrania han tocado un nervio, han creado la sensación de que existe una amenaza a la seguridad regional. Occidente titubeó durante mucho tiempo, tardó demasiado en ofrecer una respuesta apropiada. Pero la Alianza ha cambiado su postura sustancialmente. Los estrategas de Moscú deberán estar conscientes de que, cuando sea necesario, la OTAN defenderá unida a sus miembros. Al final es Rusia la que debe demostrar que no busca la confrontación con Occidente. No se debe permitir que el Mar Negro sea escenario de provocaciones militares. A Moscú le haría bien dejar de desafiar a sus vecinos. Otra guerra en Europa sería una catástrofe… también para Rusia.
Autor: Robert Schwartz
Usted puede leer la versión original de este comentario en alemán.