Opinión: "Sin avances en la protección del clima"
3 de noviembre de 2014Pocas veces fueron tan duras las negociaciones para los detalles de un informe que, en principio, no dice nada nuevo. Solamente la fórmula: la severidad y urgencia necesarias para traducir todo lo que sabemos sobre las causas y consecuencias del calentamiento global en acciones concretas. Todo eso en un escueto documento que debería servir de base para que gobiernos de todo el mundo firmen un nuevo acuerdo sobre el clima.
El peligro del cambio climático
Con ese resumen sobre lo que sabemos del cambio climático, no hay duda de que el planeta se calienta y que la causa es el ser humano, que eso conlleva consecuencias peligrosas y que el aumento de la temperatura global es, probablemente, inevitable. “Serias consecuencias irreversibles para el ser humano y el ecosistema”, dice el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
A pesar de ello, algunos países con grandes reservas de petróleo tratan de suavizar los resultados y precisamente ese es el principal problema: seguir dependiendo del petróleo y el carbón y el poder de económico que genera esta dependencia.
Como se deduce el informe del Consejo Mundial del Clima, la meta está clara: los científicos calcularon cuánto CO2 podemos emitir para evitar el grave aumento de la temperatura del planeta. De esa partida, ya se han consumido dos tercios. Las emisiones de gases de efecto invernadero deberían alcanzar su punto más alto en 2020, continúa el informe. Un objetivo bastante improbable. Hasta 2050, la mayor parte de la electricidad debería proceder de energías renovables y hasta 2100, deberíamos ser independientes de los combustibles fósiles, a no ser que haya avances significativos en tecnologías para almacenar CO2.
La discusión sobre las palabras elegidas para el informe del IPCC indica que será un camino difícil. Algunos países tendrán que cambiar completamente su modelo de negocio porque el carbón y el petróleo deberán permanecer en la tierra. Por ejemplo, los países del Golfo o Rusia, cuyos ingresos proceden de combustibles fósiles. Como ha demostrado el caso de Ucrania, otros países dependen de esas energías fósiles y de los que las administran. Impulsar ese desarrollo de energías renovables no solo servirá para lograr la independencia energética, sino también la política.
Merece la pena proteger el clima
Para los expertos del Consejo Mundial del Clima, el argumento de los costes ya no sirve y el cambio en la producción de energía sería la opción más barata. Cuanto más se demore, más altos serán los costes. Las inversiones en producción de energía limpia y eficiencia energética deberían aumentar cientos de miles de millones de dólares. Una inversión que, al final, se recuperará. Lo que no sería razonable es seguir como hasta ahora, porque un aumento de cuatro grados en la temperatura global provocaría condiciones climáticas extremas: sequías, inundaciones, oleadas de refugiados y conflictos.
Países de todo el mundo deberían firmar un nuevo acuerdo sobre el clima que garantice el cambio energético y el respeto de los objetivos marcados. Para ello, es necesario un cambio de rumbo en los países industrializados. Al mismo tiempo, grupos de influencia como el G20 deberían ocuparse de ello como tema clave tanto política como económicamente e impulsar al independencia de los combustibles fósiles, un objetivo para el que el próximo encuentro de Australia sería una gran oportunidad.
Esta claro que las negociaciones en el marco de las Naciones Unidas no bastan para salvar el planeta. El cambio en la producción de energía ha de estar presente en la agenda tanto a nivel nacional como en las cumbres internacionales. Se lo debemos a la tierra y a las próximas generaciones.