Opinión: Turquía en "offside"
28 de febrero de 2017Turquía se desvía cada vez más. Es evidente que el presidente Erdogan dirige el país hacia una autocracia de cuño islámico. Muchos creen y temen que se encamine incluso a una dictadura.
El problema no es la transformación del sistema gubernamental de Turquía del parlamentarismo a un presidencialismo ideado por Erdogan a su medida, y que probablemente hasta incluiría la reinstauración de la pena de muerte. El problema es lo que se ve en la vida diaria de la población turca: el arresto de decenas de miles de militares, funcionarios públicos, administradores y educadores, bajo la sospecha de tener conexiones con el movimiento de Gülen, que habría intentado el golpe de estado contra Erdogan. En esta ola de detenciones, el Estado de derecho va por mal camino, y a su vez también se ve afectada la libertad de expresión y la libertad de prensa.
Más de 150 periodistas han sido arrestados. Se ha clausurado periódicos, mientras que otros han sido puestos en vereda. La voz opositora se oye, se lee, y se ve cada vez menos. Ahora, también un periodista alemán está en prisión preventiva: Deniz Yücel. A raíz de ello, se ha desatado una solidaridad impresionante por la causa de su liberación, que ha llegado a altos niveles del gobierno alemán, incluyendo a la canciller y al ministro de Exteriores. Hasta ahora, el gobierno alemán se había contenido y había respondido de forma moderada al cambio de rumbo de Turquía hacia la autocracia.
El Estado alemán había intentado construir un puente hacia Turquia y Erdogan, también con la preocupación de que cualquier crítica muy fuerte hacia el presidente turco pudiera poner en peligro el acuerdo entre ambos países sobre la crisis de refugiados. Ahora será difícil para el Gobierno alemán no adoptar una posición clara hacia la detención de Yücel, y lo tendrá que hacer en un momento en el que la opinión pública turca está más polarizada que nunca, porque en el país ya no existe espacio para la postura moderada, sino sólo la opción pro o contra hacia Erdogan. Solo se puede ser amigo o enemigo del gobierno.
"Todos somos Deniz”, proclaman los periódicos en Alemania, así como también muchos en Facebook y Twitter con el hashtag #FreeDeniz. Es cierto, los que pertenecemos a los medios de comunicación somos todos Deniz. Nos preocupamos por nuestro colega y por los otros 154 periodistas que se encuentran tras las rejas. Nos preocupa la libertad de prensa y de expresión en Turquia. A todos nos importa Turquia, que se aleja de Europa. El país se encuentra políticamente "offside" y Yücel es sinónimo de ello.