Opinión: una montaña de tareas para Europa
22 de agosto de 2016La pausa por las vacaciones de verano llega a su fin. Con la cumbre tripartita en la isla italiana de Ventotene comienza una nueva temporada política, en medio de grandes incertidumbres. La montaña de problemas que desean abordar los invitados François Hollande y Angela Merkel y el anfitrión Matteo Renzi en la simbólica isla cerca de Nápoles es tan grande como el Vesubio y explosiva como un volcán.
Los jefes de Gobierno de los tres países más grandes de la zona euro debatirán sobre el aún elevado desempleo, las vacilantes reformas económicas en el sur y la rígida política fiscal en el norte. El presidente francés, la canciller alemana y el primer ministro italiano esperan encontrar una solución que permita organizar el “brexit”.
Se necesita una estrategia negociadora ante los británicos, de los cuales se tuvo a lo largo del verano la impresión de que desean postergar cuanto sea posible la salida de la UE, decidida por los electores en una votación muy cerrada. ¿Están dispuestos los “tres grandes” a limitar el derecho de tránsito de las personas dentro del mercado interno europeo, a fin de salvar las relaciones económicas con Reino Unido?
El presidente francés prefiere una posición dura, a fin de mantener bajo control a los euroescépticos en su propio país. Hollande se encuentra prácticamente en campaña electoral para el nuevo mandato que se producirá en mayo de 2017. Su principal preocupación es la lucha contra el terrorismo islamista. La canciller alemana podría fungir como una mediadora informal. Merkel desea solucionar la crisis dentro de la Unión Europea a través de acuerdos y equilibrios. O quizá dejará pasar el tema. Ella también buscará la reelección en 2017 y en casa se enfrenta a críticas crecientes tanto a su persona como a la idea europea.
Renzi quiere flexibilidad presupuestaria
El primer ministro italiano persigue con la minicumbre de agosto una agenda muy propia. Quiere producir hermosas imágenes como protagonista de un liderazgo fuerte. Él también se encuentra más o menos en campaña, pues en noviembre debe ganar un crítico referendo constitucional. Debe demostrar a los italianos escépticos que la UE también baila al ritmo que él toque. Quiere mayor margen fiscal y evitar una UE “alemana”. Lo anunció mucho tiempo antes que se diera el “brexit”, así que, tras éste, el tema es todavía más importante para él.
Cerca de un tercio de los votantes en Italia sufragaron por los antieuropeos del “Movimiento Cinco Estrellas”. Renzi quiere establecer un contrapunto y por eso hizo la invitación a la isla de Ventotene, que en otros tiempos fue una cárcel. La “Declaración de Ventotene”, elaborada por socialistas y comunistas encarcelados por el fascismo, es para los italianos el origen de la unidad europea. Sobre este fundamento, Matteo Renzi quiere proponer una Europa con valores comunes. Una Europa por completo renovada. Se verá en qué medida sus invitados coinciden.
Callejón sin salida
Será mucho más difícil convencer a los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la UE sobre un nuevo rumbo para el bloque comunitario. El encuentro tripartita es visto como preliminar a la cumbre especial programada para mediados de septiembre en la ciudad eslovaca de Bratislava. Los miembros de la UE en Europa del este quieren restar facultades a Bruselas, así como una renacionalización. Parece inevitable que se produzcan intensas confrontaciones, especialmente en cuanto a la aún no solucionada crisis de refugiados.
El frágil acuerdo con Turquía, que se ha distanciado de la UE, para la disuasión, retorno y reubicación de refugiados, podría venirse abajo pronto. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es considerado poco predecible tras el sofocado intento de golpe de Estado. Si la UE no le concede la eliminación del visado para ciudadanos turcos, en octubre, la UE necesitará una política alternativa en materia de refugiados. Está mal preparada para asumirla en este momento. Cerrar las rutas de huida y al mismo tiempo dejar solas a Italia y Grecia con la inmigración masiva, no es una solución perdurable. Por otra parte, una inmigración legal y una distribución pertinente de refugiados y solicitantes de asilo dentro de la UE parece imposible. A la canciller alemana debe ocurrírsele algo, pues su credibilidad, su capacidad de producir resultados y su nombre son inseparables de la cuestión de los refugiados. Si Merkel no resuelve este problema, perderá su posición de liderazgo en Europa y, posiblemente, también las elecciones en Alemania.
Aunado a los problemas internos de la UE, diversas crisis en el entorno cercano de Europa obligan también a nuevas soluciones. La guerra en Siria, una de las causas del flujo migratorio, luce peor que nunca. La tensión en Ucrania y, consecuentemente, con Rusia, crece.
Un vecino crucial
La minicumbre podría haber dado lugar a nuevas discordias. Si realmente se tratara de definir las líneas generales para la cumbre especial y para resolver los grandes problemas europeos, Matteo Renzi debía haber invitado al nuevo miembro más importante, Polonia, a Ventotene. El gobierno nacionalista y conservador de Varsovia se arriesga a un rompimiento verdadero con la UE debido a la polémica por el Tribunal Constitucional. Dicha ruptura debe evitarse, o de otro modo se multiplicará varias veces la crisis de la UE.
¿O acaso será Ventotene el comienzo de una Europa formada por los Estados fundadores que en 1957 firmaron los Tratados de Roma? La Unión Europa, tal y como la conocemos, está en juego. Hasta marzo de 2017, cuando se cumplirán 60 años de dichos tratados, debería estar listo el nuevo entramado del bloque comunitario. En vista de la naturaleza de las crisis a enfrentar, el tiempo apremia.
Para aprender alemán: Usted puede leer aquí la versión original de este artículo.