Otra "última oportunidad" para Irán
7 de septiembre de 2006La preconizada unidad ante el desafío que supone la negativa iraní a poner fin al enriquecimiento de uranio sigue sin vislumbrarse en el horizonte de la comunidad internacional. Así volvió a quedar en evidencia este jueves en Berlín, donde se reunieron representantes de las cinco potencias con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania. De hecho no se esperaba que el encuentro arrojara decisiones, ya que no fueron convocados a él los jefes diplomáticos sino altos funcionarios de los respectivos Ministerios de Relaciones Exteriores. Pero, al menos, se trataba de intentar aunar posturas en torno a cómo proceder con Teherán.
Cohesión a toda costa
En principio, todos concuerdan en que no se debe permitir que Irán logre su objetivo de "dividir a la comunidad internacional". Ya en la víspera, la canciller federal alemana, Angela Merkel, había exhortado a mantener la cohesión y hoy repitió la misma consigna el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Philippe Douste-Blazy. El problema es que no todos entienden esa cohesión de la misma manera. Para algunos, implicaría hablar con una sola voz a la hora de amenazar con mano dura al gobierno iraní, como desea Estados Unidos. Otros, en cambio, aspiran al consenso para seguir buscando una salida negociada el impasse.
Tal es el caso del ministro galo, quien advirtió que Occidente no puede enfrentarse en este asunto con Irán sin el apoyo de Rusia y China. Evidentemente, ni Pequín ni Moscú están dispuestos a cambiar su parecer de rechazo a la aplicación de sanciones contra Teherán. En consecuencia, si se quiere seguir navegando en el mismo bote y evitar que se desmorone la fachada de unidad, habrá que idear otro derrotero.
"Más flexibilidad"
Así las cosas, no queda por ahora más remedio que volver a ofrecer una enésima "última oportunidad" a Irán. Y es lo que al parecer se pretende hacer en la reunión que sostendrá el sábado el coordinador de la política exterior europea, Javier Solana, con el jefe del equipo negociador iraní, Ali Lariyani. Teherán, que en realidad ya se ha negado en todos los tonos a someterse al dictado de renunciar a su programa nuclear, pide más aclaraciones y, de paso, sigue ganando tiempo y fama entre los detractores de Estados Unidos. También los europeos están conscientes de eso pero, a pesar de los pesares, prefieren seguir con el tira y afloja, con la esperanza de que la cuerda no se llegue a cortar.
Al parecer, incluso se busca ya la forma de soslayar la condición del cese del enriquecimiento de uranio, impuesta a los iraníes para volver a la mesa de negociaciones. Douste-Blazy por lo menos se puso a pensar en voz alta al respecto, ante la prensa. A su juicio, lo fundamental sería "en qué momento debe suspenderse" dicho enriquecimiento de uranio, aspecto en el que abogó por una mayor flexibilidad. Más buena voluntad no se puede esperar.