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#OutInChurch y el deseo de una "Iglesia sin miedo"

25 de enero de 2022

¿Se mueve la Iglesia después de todo? 125 empleados no heterosexuales de instituciones católicas salen del armario públicamente en Alemania. La presión para una apertura y reformas de la Iglesia crece.

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Una bandera arco iris es izada a la vista de la Catedral de Colonia y de la Iglesia de San Martín.
Una bandera arco iris es izada a la vista de la Catedral de Colonia y de la Iglesia de San Martín.Imagen: Oliver Berg/dpa/picture alliance

"Hubo una oleada de atención durante todo el día", dice Burkhard Hose. El sacerdote de la universidad católica de Würzburg habla a DW de "cartas muy personales" por correo electrónico y en Facebook. "Me han emocionado". Entre ellos, había personas que ni siquiera conocía. "También hay personas que trabajan en la Iglesia y aún no se atreven a admitir abiertamente su homosexualidad. Espero que ellos, en particular, se sientan apoyados por esta película.

El padre Hose participó en el documental televisivo "Como Dios nos creó" y en el Manifiesto de los 125. Ambos tienen lo que se necesita para crear conciencia pública sobre un tema en el que a la Iglesia católica le gusta reprimir, guardar silencio. En una acción sin precedentes, 125 personas que trabajan en la Iglesia católica se declaran no heterosexuales y piden el fin de la discriminación de su Iglesia. Entre ellos se encuentran sacerdotes y religiosos, funcionarios parroquiales y pastorales, profesores de religión, pero también empleados administrativos.

El pastor Burkhard Hose.
El pastor Burkhard Hose.Imagen: Marius Becker/dpa/picture alliance

Y lo importante es que son muchos. Hasta ahora, suelen ser personas individuales las que se encuentran bajo presión. Porque la Iglesia católica prohíbe al clero ser homosexual (aunque se adhiera al celibato y no tenga vida sexual). Y también respeta a los empleados mientras no vivan abiertamente su homosexualidad, no la conviertan en un problema, no formen una pareja del mismo sexo. Estos requisitos oficiales están más que claros.

Contra la discriminación

Pero, ahora, 125 católicos no heterosexuales exigen ser aceptados y no condenados por su Iglesia. La mayoría de ellos muestran sus rostros, algunos permanecen en el anonimato. Se oponen a la doctrina actual de la Iglesia católica, según la cual las relaciones entre personas del mismo sexo no pueden ser reconocidas "de acuerdo con los designios revelados por Dios", como reza el manifiesto de los 125. Quieren "una Iglesia sin miedo".

Exigen un cambio en la legislación laboral de la Iglesia, para que la orientación sexual y la identidad de género dejen de ser motivo de despido en el futuro. Además, las declaraciones difamatorias sobre el género y la sexualidad deben ser eliminadas de la enseñanza eclesiástica. El acceso a los sacramentos católicos y a todos los ámbitos profesionales de la Iglesia ya no debe serles negado.

En mayo de 2021, el pastor Norbert Kasper (derecha) bendijo a una pareja de mismo sexo en Baden-Baden.
En mayo de 2021, el pastor Norbert Kasper (derecha) bendijo a una pareja de mismo sexo en Baden-Baden.Imagen: Benedikt Spether/dpa/picture alliance

El pasado mes de marzo, el Vaticano volvió a dejar claro que las parejas homosexuales no responden a los planes de Dios. El pastor Bernd Mönkebüscher, de Hamm, que ya había iniciado servicios de bendición a nivel nacional para parejas homosexuales en 2021, dijo que la acción se inspiró en la salida del armario (o sea, la declaración pública de su orientación o identidad sexual) de 185 actores y actrices en Alemania el año pasado. Los firmantes de entonces habían criticado que muchos no pudieran admitir abiertamente quiénes eran, sin tener que temer desventajas profesionales.

¿Y los obispos alemanes?

En el documental, el único obispo que se pronunció fue Helmut Dieser, de Aquisgrán. Ningún otro obispo, de un total de 27 a los que se les preguntó, explica el cineasta Hajo Seppelt, estuvo dispuesto a ser entrevistado. Muchos de ellos ni siquiera respondieron.

El obispo Dieser explicó que había "aprendido" sobre el tema y abogó por un replanteamiento de la actitud actual de la Iglesia. Nadie debería tener miedo de perder su trabajo en la Iglesia por su homosexualidad, afirmó.

Desde que se transmitió el documental y se publicó el manifiesto, varios otros obispos se han pronunciado. "En mi opinión, una Iglesia en la que uno tiene que esconderse por su orientación sexual no puede estar en el espíritu de Jesús", dijo el arzobispo Stefan Hess, de Hamburgo. También el obispo de Essen, Franz-Josef Overbeck, llamó a respetar el "amor de responsabilidad compartida".

¿Y la Iglesia mundial?

En definitiva, como casi todas las "papas calientes" de la Iglesia católica, se trata de una cuestión que concierne a la Iglesia como Iglesia universal. Y hay opiniones muy diferentes sobre la homosexualidad. Hace solo unos días, el obispo de la isla turística española de Tenerife, Bernardo Álvarez, calificó la homosexualidad de "pecado mortal" y la comparó con el alcoholismo. Miles de personas exigieron después su dimisión, y un sindicato quiso denunciarlo por "delitos de odio".

El obispo de Aquisgrán, Helmut Dieser, se mostró dispuesto a hacer una declaración en el documental.
El obispo de Aquisgrán, Helmut Dieser, se mostró dispuesto a hacer una declaración en el documental.Imagen: Henning Kaiser/dpa/picture alliance

Pero, en última instancia, el obispo español muestra cuál era la opinión predominante en el Vaticano en tiempos de los estrictos 'Guardianes de la Fe'. El papa emérito Benedicto XVI lo nombró obispo en 2005, pocos meses después de asumir su cargo. Que su sucesor, el papa Francisco, elegido en 2013, se decida en algún momento a hacer algo más, en el tratamiento de la homosexualidad, que limitarse a hablar en lenguaje simbólico o a reunirse con la gente, es algo que los observadores dudan a la vista de las muchas resistencias conservadoras.

El pastor Hose considera que la causa del movimiento se ve definitivamente reforzada por la atención pública: "Esperemos que las personas implicadas se sientan apoyadas. Que se den cuenta: Somos muchos, y está bien que seamos como seamos". Para él, dice, en el filme "ocurrió algo sanador, liberador y reconfortante". Y deja una conclusión: "Así puede ser la Iglesia".

(gg)